El Seremi de Salud de la Región del Bío-Bío reconoció que tras el terremoto hubo un “relajo” de la autoridad sanitaria en la fiscalización de varias áreas. Esto en el contexto de anunciar un proceso de mano dura contra el comercio ambulante de comida.

La polémica que se generó entre la Cámara de Comercio de Concepción y el Mercado Central en medio de la serie de fiscalizaciones sanitarias que obligaron al cierre de varios establecimientos, dejó también sobre la mesa otra arista del conflicto al apuntar con el dedo lo que estaba ocurriendo en las calles de la ciudad.

Y se refirieron en la oportunidad a la proliferación de carritos ambulantes que venden desde completos, pasando por hamburguesas, barros lucos y mechada, además de jugos, entre otras ofertas callejeras, que se ubican en la puerta de los locales establecidos que alegan que a éstos nadie los fiscaliza.

Al respecto, el Seremi de Salud, Mario Fernández, reconoció que tras el terremoto hubo un relajo de la autoridad sanitaria, pero que ahora las cosas cambiarán.

El expendio de comidas ambulantes, puntualizó Fernandez, sólo se permiten en ocasiones especiales, para ciertas fiestas populares, pero no como una práctica permanente.