El riesgo de nuevas crecidas en el valle del río Indo, en el sur de Pakistán, seguirá siendo elevado durante los tres próximos días, un mes después del inicio de las inundaciones que han dejado al menos 1.500 muertos y 20 millones de damnificados.

Foto: rockultural.blogspot.com

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De todas maneras, tras superarse este riesgo inmediato, Pakistán seguirá sufriendo las consecuencias del peor desastre de este tipo de toda su historia, en momentos en que por lo menos 4,8 millones de personas se han quedado sin vivienda.

El presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, advirtió a su nación que le tomará varios años recuperarse de estas devastadoras inundaciones. “Tres años es lo mínimo”, dijo Zardari a los periodistas el lunes, cuando se le preguntó cuánto tiempo le llevaría a Pakistán, un país de 167 millones de habitantes, reconstruir las zonas afectadas.

Actualmente, en el norte y centro del país, donde se encuentran las regiones más afectadas, las aguas empezaron a bajar hace varios días y hay pocas posibilidades de que tengan lugar nuevas inundaciones. En cambio, en el sur, las aguas del Indo siguen creciendo y se acercan a Hyderabad, sexta ciudad del país con 2,5 millones de habitantes.

“La situación seguirá siendo crítica en los próximos dos o tres días y tendremos que vigilar el nivel del agua en la desembocadura del Indo que será excepcionalmente elevado”, indicó el martes el ministerio de Irrigación de la provincia de Sind.

Dicho ministerio movilizó a “miles de obreros” para reforzar los diques que protegen a ciudades y pueblos de la zona.
“Todo puede ocurrir”, según el ministro de Irrigación de Sind, Jam Saifullah Dharejo.

Para el servicio nacional de meteorología, “el nivel del Indo se mantendrá muy por arriba de lo habitual en el embalse de Kotri”, a la entrada de Hyderabad, “durante tres o cuatro días y luego bajará de nuevo”. Las inundaciones provocadas desde hace casi un mes por las lluvias del monzón, de una magnitud sin precedentes, afectaron a la quinta parte del territorio de Pakistán.

En pleno Ramadán, millones de paquistaníes sobreviven en campamentos administrados por las autoridades, la ONU u organizaciones no gubernamentales en el caso de los más afortunados. No obstante, la mayoría de estos desplazados carece de techo o se encuentra en lugares muy precarios, sin alimentos, agua potable, atención médica y a la merced de eventuales epidemias.