Familiares de los 3 chilenos fallecidos en un accidente de avioneta cuando sobrevolaban la zona arqueológica de las líneas de Nasca en el sur del Perú, detectaron imprecisiones en el informe de una comisión investigadora de la Dirección de Aeronáutica Civil de ese país.

Los padres de Matías Ramírez y de Gabriela Poblete, dos de las siete víctimas del accidente aéreo del pasado mes de febrero, aseguraron al diario La Tercera que existen “incongruencias” e “imprecisiones” en el informe de la Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación (CIAA).

Solicitaron también que la NTSB (Agencia Nacional de Seguridad de Transporte), que vela por los estándares de la industria aeronáutica en Estados Unidos, investigue el caso.

“Un accidente de aviación puede ocurrir, pero no es accidente cuando hay dolo, manifiesta intención de adulterar datos que es lo que hemos ido probando en esta investigación y cuando finalmente lo que se espera es burlar la aplicación de la justicia”, aseguró Fernando Ramírez, padre de Matías Ramírez.

Ramírez explicó que existen incongruencias en cuanto al tiempo de vuelo, la propiedad de la empresa (Nazca Airlines) y el peso de la aeronave, entre otras irregularidades, además de imprecisiones la cantidad de combustible que llevaba la nave.

“Para nosotros, el corte del cable del timón de la aeronave y la falta de mantenimiento es la causa basal del accidente”, aseguró Ramírez.

El informe de la CIIA tiene por objetivo, según se puede leer en sus primeras páginas, “la prevención de futuros accidentes o incidentes”. “El propósito de esta actividad no es determinar la culpa o la responsabilidad”, agrega el documento, que no establece una causa clara del accidente.

7 personas murieron el pasado 25 de febrero, 3 de ellas chilenas y 4 peruanas, cuando la avioneta Cessna en que viajaban cayó a tierra a 300 metros de la carretera Panamericana Sur, cerca al mirador de las líneas de Nazca, 420 km al sur de Lima.