El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu alzó el tono este martes a propósito de Jerusalén, advirtiendo que las demandas estadounidenses de congelar los asentamientos demorarían las conversaciones de paz por un año.

Netanyahu dejó la Casa Blanca tras una visita de tres horas a la residencia presidencial, que incluyó 90 minutos de reunión con el presidente Barack Obama, a la que no accedió la prensa.

Pocas horas antes el primer ministro israelí había planteado las bases del encuentro con el mandatario del principal aliado de Israel.

Netanyahu advirtió en declaraciones previas que “si los estadounidenses apoyaban las demandas poco razonables de los palestinos respecto del congelamiento de la construcción en Jerusalén, el proceso político corre el riesgo de bloquearse durante un año”.

En el momento en que se desarrollaba la reunión, diversos medios israelíes anunciaron que la municipalidad de Jerusalén había dado la luz verde para la construcción de 20 viviendas en el lugar donde se encuentra un hotel palestino en Jerusalén Este.

Según la radio pública y el sitio internet Ynet, la municipalidad de Jerusalén dio todas las autorizaciones necesarias para la destrucción del hotel Shepherd en el barrio palestino de Sheij Jarrah, con miras a permitir la construcción de 20 casas destinadas a familias israelíes.

Este proyecto lanzado por el millonario judío Irving Moskowitz, que financia varias organizaciones ultranacionalistas, tiene por objetivo declarado la instalación de israelíes en barrios árabes de Jerusalén Este que Israel anexionó.

De confirmarse el anuncio resonará como un eco del incidente desatado dos semanas atrás que generó un roce diplomático entre Israel y Estados Unidos: el anunció de 1.600 construcciones en Jerusalén Este, en plena visita del vicepresidente estadounidense Joe Biden a Medio Oriente.

Entonces Washington condenó la iniciativa argumentando que la misma no sólo era nefasta para la paz, sino también para la credibilidad de los esfuerzos estadounidenses para recuperar la confianza del mundo árabe y de aislar a Irán.

Antes de su reunión en Washington Netanyahu había brindado gestos de buena voluntad, pero se negaba a discutir sobre Jerusalén.

“El pueblo judío construyó Jerusalén hace 3.000 años y el pueblo judío construye Jerusalén hoy”, dijo Netanyahu el lunes por la noche ante la American Israel Public Affairs Committee (AIPAC), el principal grupo de presión pro-israelí estadounidense: “Jerusalén no es una colonia. Es nuestra capital”.

Estas declaraciones conspiran contra los esfuerzos estadounidenses por reanudar el proceso de paz, respondió este martes la Autoridad Palestina.

El Estado hebreo ocupó Jerusalén Este durante la Guerra de los Seis Días en 1967, antes de una anexión que la comunidad internacional no ha reconocido. Los palestinos quieren que esa parte de la Ciudad Santa sea su futura capital.

La posición de Netanyahu, habitual en el jefe del gobierno israelí, adquiere un fuerte sentido en el contexto de la tensión entre Israel y Estados Unidos.

Su discurso “ahonda la brecha entre el gobierno de Obama y el israelí a propósito de Jerusalén y las negociaciones” de paz, estimó Haim Malka, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).

Y algunos analistas advierten: la disputa entre los aliados sobre la Ciudad Santa “había sido barrida debajo de la alfombra durante años, pero éste no es el caso” ahora, sostuvo Michelle J. Dunne, de la Fundación Carnegie.