Francia vivía este martes una jornada de huelgas en los transportes y en las escuelas y de manifestaciones en defensa de los salarios, el empleo y la jubilación, 2 días después de la derrota de la derecha gobernante en las elecciones regionales.

5 grandes sindicatos, entre éstos la CGT (mayoritario) convocaron a los trabajadores del sector público y privado en defensa “del empleo, el poder adquisitivo, las jubilaciones y las condiciones de trabajo”.

La circulación ferroviaria se redujo por la mañana, en particular en los trenes regionales, pero los trenes internacionales de gran velocidad (TGV) hacia otros países de Europa funcionaban normalmente, según la dirección de la empresa francesa de ferrocarriles (SCNF).

En la educación se espera una fuerte adhesión a la huelga para protestar contra la supresión de puestos de trabajo, debido a la decisión del gobierno de no reemplazar a uno de cada dos funcionarios públicos que se jubilen.

En París, el servicio de metros y autobuses era casi normal, pero el tráfico de trenes suburbanos se veía más afectado por la mañana.

La jornada de protesta en Francia, donde el desempleo afecta al 10% de la población activa (más de 2,7 millones de personas), constituye una primera prueba para el flamante ministro de Trabajo, Eric Woerth, nombrado el lunes por el presidente Nicolas Sarkozy, en el marco de una reforma ministerial de carácter limitado tras el serio revés de la derecha en las urnas.

La derrota de la Unión para un Movimiento Popular (UMP, derecha) y sus de sus aliados centristas en las elecciones regionales, última cita en las urnas antes de la elección presidencial de 2012, obligó a Sarkozy a efectuar cambios ministeriales, considerados no obstante “de mínimas”.

“Una mini-respuesta a una maxi-derrota en las regionales”, afirma en su primera plana del martes el diario Liberation (izquierda), que considera la remodelación del gabinete como un “gesto táctico que no tiene nada que ver con el voto de los franceses sino más bien con una cocina interna en la UMP”.

La reforma ministerial es también una apertura hacia la derecha no sarkozysta, pues al gabinete ingresaron los diputados Francois Baroin, cercano al ex presidente francés Jacques Chirac, como ministro de Presupuesto; y Georges Tron, cercano al ex primer ministro Dominique de Villepin, enemigo jurado de Sarkozy, que dirigirá la secretaría de Estado de Administración Pública.

El diario Le Figaro (derecha) interpreta los cambios como una “señal de la voluntad de Sarkozy de reagrupar a su campo a dos años de la presidencial” y habla de una “remodelación limitada pero simbólica”.

Woerth, considerado de la derecha dura, deberá llevar adelante la reforma de las jubilaciones y pensiones, una de las más cuestionadas por la oposición de izquierda y los sindicatos.

Según el secretario general de la CGT, Bernard Thibault, el objetivo de la jornada nacional de protesta y movilización es “cambiar las orientaciones económicas y sociales” del gobierno, que quiere enviar en septiembre al Parlamento la ley que prevé aumentar la edad de la jubilación por encima de los 60 años.

En las regionales celebradas el 14 y 21 de marzo, la izquierda se impuso en 23 de las 26 regiones francesas con el 54% de los votos contra el 35% para la derecha, menos de tres años después años de la llegada de Sarkozy al Elíseo.