Las Malvinas, sobre cuya soberanía “no hay duda”, serán “plenamente defendidas”, declaró el miércoles la número dos del Partido Laborista, Harriet Harman, mientras sigue la tensión con Argentina por el inicio de la exploración petrolera británica en el disputado archipiélago.

“No hay ninguna duda sobre la soberanía de las Falklands (nombre británico de las Malvinas), no hay ninguna duda sobre su derecho a la autodeterminación y no hay ninguna duda de que serán plenamente defendidas”, declaró Hartman, que reemplazaba a Gordon Brown en la sesión semanal de preguntas al primer ministro en el parlamento.

Hartman, líder laborista en la Cámara de los Comunes, respondió así a un veterano diputado laborista que le pidió que “reafirmara incondicionalmente la lealtad del gobierno” a los alrededor de 3.000 pobladores de las islas y “confirmara sus deseos y sus derechos”.

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ofreció el lunes su ayuda para que Gran Bretaña y Argentina se sentaran a hablar sobre las Malvinas, cuya soberanía reclama también el país sudamericano.

Pero Londres desestimó la oferta, calificándola de innecesaria.

“Hemos dejado absolutamente claro que no creemos que haya ninguna necesidad de negociación o de discusión porque no hay nada que discutir en términos de soberanía sobre las Malvinas”, declaró el martes en el Parlamento el secretario de Estado británico de Relaciones Exteriores para Europa y Latinoamérica, Chris Bryant.

La prensa británica de este miércoles fue más crítica con la propuesta de la secretaria de Estado norteamericana, que el diario The Times tildó de “inmerecido desaire” a su aliado británico con el que Clinton “da la impresión de que Argentina tiene el apoyo tácito de Estados Unidos en la disputa”.

“Inmiscuirse en la disputa fue suficientemente lamentable. Pero al ofrecer además mediar entre Buenos Aires y Londres, la secretaria de Estado norteamericana está dando a entender que puede haber una fructífera zona de gris entre las reivindicaciones blanca y negra” de ambas capitales, agregó el diario en su editorial.

La tensión entre Argentina y Gran Bretaña aumentó tras el inicio de las exploraciones petroleras británicas en el archipiélago del Atlántico Sur ocupado por los británicos en 1833 y donde los dos países libraron una guerra en 1982 que terminó con la derrota de las tropas de la última dictadura militar argentina.