Cuba denunció este sábado que una alta delegación de Estados Unidos se reunió con opositores, en el marco de una ronda de diálogo sobre migración celebrada en La Habana, lo que calificó de acto “provocador” en una nota oficial.

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La cancillería cubana precisó en una declaración escrita que “una vez efectuadas las conversaciones migratorias, la delegación norteamericana convocó a decenas de sus mercenarios (disidentes)” a la residencia del jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos (SINA).

“Con esta conducta ofensiva hacia las autoridades y el pueblo cubano”, Washington “confirma que siguen en vigor los instrumentos de la política subversiva contra Cuba, pone de manifiesto su falta de voluntad real para mejorar los vínculos” y “para dejar atrás las acciones de burda injerencia”, subrayó el texto.

Según el gobierno cubano, desde que llegó a Cuba, el jefe de la delegación, Craig Kelly, asistente del secretario de Estado adjunto para América Latina y el más alto funcionario que viaja a la isla en la administración de Barack Obama, “fue advertido sobre nuestro rechazo al aprovechamiento de su breve estancia para organizar un evento provocador, ajeno al espíritu de las conversaciones migratorias”.

No obstante, el gobierno de Estados Unidos demostró “nuevamente que sus prioridades se relacionan más con el apoyo a la contrarrevolución (oposición) y la promoción de la subversión para derrocar a la Revolución cubana que con la creación de un clima conducente a la solución real de los problemas bilaterales”, apuntó.

Durante una visita a La Habana en septiembre pasado para hablar sobre la reanudación del servicio de correo directo, la subsecretaria adjunta de Estados Unidos para América Latina, Bisa Williams, se había reunido también con disidentes cubanos.

En su nota, el gobierno cubano recordó que los opositores, a quienes tilda de “mercenarios” de Estados Unidos “se benefician de una parte de los más de 20 millones de dólares” que Washington “dedica anualmente” a “la desestabilización y subversión contra Cuba”.

La Habana y Washington realizaron el viernes una nueva ronda de conversaciones migratorias, que siguió a la que ambos gobiernos realizaron en julio en Nueva York, cuando retomaron el diálogo sobre el tema interrumpido en 2003 en el anterior gobierno de George W. Bush.

La cancillería cubana reiteró este sábado “la disposición” de Cuba “de sostener un diálogo respetuoso sobre cualquier tema con el Gobierno de los Estados Unidos siempre que este sea entre iguales, sin menoscabo a la independencia, soberanía y autodeterminación”.