La crisis del gigante automotor japonés Toyota, que ya retiró del mercado unos 9 millones de coches defectuosos, se agudiza tras la apertura en Estados Unidos de una investigación por problemas en la dirección del Corolla, el auto más vendido del mundo.

Toyota Corolla

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“Las malas noticias llegan una detrás de otra y nadie sabe decir cuál será la próxima”, resumió el analista automotor Shigeru Matsumura, de SMBC Friend Research Center, al referirse a la situación que atraviesa el líder mundial del sector.

“La situación es tan mala que ya no podemos ni siquiera estimar a cuánto se elevarán las ventas de Toyota en el próximo trimestre”, agregó.

La agencia de seguridad vial estadounidense (NHTSA), que depende del Departamento de Transporte, dijo haber recibido más de cien quejas por la dirección asistida del Corolla, el auto más vendido en el mundo, con más de 30 millones de unidades comercializadas desde el lanzamiento del primer modelo en los años 1960.

“Abrimos una investigación respecto a los modelos 2009 y 2010 de Toyota Corolla por asuntos relacionados con la dirección”, indicó a la AFP el miércoles un funcionario del Departamento de Transporte norteamericano que pidió el anonimato. Están concernidos en el caso unos 500.000 vehículos.

El primer constructor mundial había anunciado el miércoles que investigaba ese problema y que tenía previsto retirar autos del mercado si se comprobaba cierto.

“Según nuestra propia investigación, el conductor siente una resistencia en el volante”, había dicho el vicepresidente de Toyota a cargo de cuestiones de calidad, Shinichi Sasaki, durante una conferencia de prensa en Tokio. “Si hay un defecto, retiraremos los vehículos”, había agregado.

Este problema en la dirección se suma a los detectados en los frenos y aceleradores de otros modelos, y que provocó que Toyota retirase del mercado cerca de 9 millones de vehículos desde septiembre del año pasado.

Toyota enfrenta decenas de denuncias colectivas en Estados Unidos, de parte de automovilistas que le reprochan haber reaccionado con demasiada lentitud ante las quejas de sus clientes.

Según las denuncias recibidas por la NHTSA, los problemas de aceleración súbita de los coches Toyota habría provocado al menos 34 muertes en Estados Unidos.

Como consecuencia de esta crisis y la baja de ventas que se espera, Toyota ya ha anunciado que iba a reducir su producción en dos usinas en Estados Unidos y una en Francia.

En la bolsa de Tokio, la acción de Toyota terminó la sesión del jueves en baja de 0,59%. El título perdió cerca del 20% de su valor desde el pasado 21 de enero.

El presidente de Toyota, Akio Toyoda, que tiene previsto viajar a Estados Unidos recién en marzo, está sometido a fuertes presiones para dar explicaciones ante el Congreso norteamericano.

Toyoda, que rehuye más bien las apariciones en público y cuyo largo silencio al inicio de la crisis fue muy criticado, ya dijo que no estaría el 24 de febrero en una reunión en la Cámara de Representantes sobre el caso de los pedales de aceleración defectuosos.