Un grupo de dueños de grandes empresas intentó el jueves de convencer al Congreso estadounidense de que la lucha contra el calentamiento climático es más un bien que una amenaza contra la economía.

A 4 días de la apertura de la cumbre sobre clima en Copenhague, estos empresario defendieron los proyectos presentados al Congreso para reducir la emisión de gases de efecto invernadero en Estados Unidos, donde muchas personalidades políticas temen que afecten el crecimiento económico del país.

Preston Chiaro, del grupo minero anglo-australiano Rio Tinto, explicó que su empresa estaba en proceso de crear 1.500 empleos en California (oeste) en una usina de captación de CO2, que empleará a 100 asalariados permanentes cuando esté en servicio.

“Pensamos que la falta de visibilidad que rodea a los proyectos de ley sobre cambio climático perjudica a este tipo de inversión”, dijo.

Mientras, David Cote, presidente del grupo estadounidense Honeywell (aeronáutica, equipamiento automático) subrayó que China “desarrolla muy activamente productos que consumen poca energía”. “Estamos muy retrasados en la creación de empleos en ese campo”, deploró.

Muchos legisladores estadounidenses son originarios de regiones productoras de carbón, fuente de energía muy contaminante, con la que se produce el 50% de la electricidad en Estados Unidos.

El presidente estadounidense Barack Obama presentará ante la cumbre de Copenhague la promesa de bajar 17% las emisiones de CO2 de Estados Unidos para 2020 respecto a los niveles de 2005, en tanto el Congreso podría pronunciarse sobre esa medida a principios de 2010.