El Banco central de Japón (BoJ) anunció el martes la inyección de 10 billones de yenes (114.000 millones de dólares) en las instituciones financieras a través de la compra de activos, para calmar los mercados y respaldar a la segunda economía mundial, amenazada por la deflación y el alza del yen.

Japón emergió este año de su peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, pero su recuperación se ve amenazada por la caída de precios y por la inusitada fortaleza del yen.

El gobierno había anunciado el lunes una serie de planes de reactivación por más de 30.000 millones de dólares para estimular el consumo y el gasto en los próximos meses, pero pidió al BoJ para que también tomara medidas de ayuda a la economía.

El banco central, en una reunión extraordinaria del martes, mantuvo su principal tasa de interés sin cambios, a 0,1%, además de inyectar esos 114.000 millones de dólares en el sector financiero.

“Consideramos que es el medio más eficaz para apoyar la reactivación económica”, explicó en banco central nipón.

En su comunicado, el banco advirtió no obstante que “los recientes acontecimientos financieros internacionales y la inestabilidad en el mercado de divisas pueden plantear problemas a la actividad económica” del archipiélago.

Pero el gobernador del BoJ, Masaaki Shirakawa, afirmó posteriormente que “la decisión adoptada hoy, junto a los esfuerzos gubernamentales, van a apoyar firmemente a la economía japonesa en su camino hacia la recuperación”,

El primer ministro Yukio Hatoyama se congratuló de la decisión del banco, afirmando a los periodistas: “Me alegra enormemente que el Banco de Japón y el gobierno sean capaces de compartir la misma visión” sobre asuntos económicos.

Hatoyama, que ya advirtió que Japón debe evitar recaer en la recesión, se entrevistará el miércoles con Shirakawa.

El ministro de Finanzas, Hirohisa Fujii, se hizo eco de las palabras de Hatoyama, al considerar “apropiada” la acción del banco y “en línea con la política del gobierno”.

Algunos expertos, sin embargo, consideraron insuficientes las medidas.

El analista de Standard & Poor’s Corp., Takahira Ogawa, consideró que las medidas son “mejor que nada” pero que probablemente no serán muy efectivas para evitar una caída de los precios.

La decisión del banco central también plantea interrogantes sobre su independencia, afirmó el analista de Barclays Capital, Chotaro Morita.

“Creo que el BoJ no necesita adoptar ahora esta política, ya que los mercados expresan dudas sobre su independencia (respecto al ejecutivo) , además de cuestionar la eficacia misma” de las medidas, afirmó.

Por otra parte, la subida del yen a niveles inéditos en 14 años también genera presiones sobre las empresas exportadoras, lastradas por una divisa tan fuerte que reduce sus ventas y su competitividad en el exterior.