Una dura crítica realizó el expresidente Sebastián Piñera, por medio de una columna publicada en El Mercurio, al proceso constituyente impulsado por el gobierno de su sucesora, Michelle Bachelet.

Bajo el nombre “una mejor Constitución para Chile”, el exmandatario indica que “creo conveniente y necesario que la sociedad chilena haga un gran esfuerzo, en forma institucional y con amplia participación ciudadana, incluyendo un plebiscito ratificatorio. Todo ello, para lograr un acuerdo constitucional amplio y sólido que permita modernizar y perfeccionar nuestra Constitución, de modo que ella sea un marco de unidad nacional”.

Para Piñera, el proceso constituyente tiene tres debilidades: “1. Ha concentrado toda su atención en los medios o mecanismos para lograr una Nueva Constitución y ha olvidado los principios y contenidos fundamentales que queremos inspiren nuestra Constitución. 2. No ha dado las necesarias garantías básicas para que el proceso de participación ciudadana sea transparente y ecuánime. Y 3. Ha insinuado un escenario engañoso en torno a un mito respecto del pasado y una utopía respecto del futuro. El mito del pasado es que la causa de todos nuestros problemas sería el denominado “Modelo Neoliberal” y la utopía del futuro, que la Nueva Constitución sería la solución a todas las dificultades de Chile”.

Por eso, llamó al gobierno a corregir los sesgos y desprolijidades cometidas hasta el momento, como la ausencia de un marco jurídico sólido, la designación sesgada de facilitadores, la intervención indebida de funcionarios públicos y la publicidad engañosa, entre otros puntos.

“Mientras estas tres situaciones no sean enfrentadas y resueltas satisfactoriamente, seguirá cuestionada la legitimidad y finalidad del proceso de participación ciudadana impulsado por la Nueva Mayoría”, asegura.

En tanto, el empresario advirtió que “el gobierno ha anunciado que este año enviará al Congreso un proyecto de reforma constitucional, cuyo objetivo no será discutir el fondo, sino solo que el actual Congreso reduzca los quórums para las reformas constitucionales y faculte al futuro Congreso a elegir entre cuatro modalidades para continuar el proceso, lo cual sin duda no es el camino adecuado”.

Aborto y seguridad

El expresidente afirma que la nueva Constitución debe “proteger la vida y los derechos humanos de todas las personas, incluyendo la de aquellos que están por nacer”, lo que claramente choca con el proyecto de la Nueva Mayoría y el gobierno de aprobar el aborto bajo tres causales (inviabilidad del feto, violación y riesgo de vida de la madre).

Además, pide que se fortalezca la libertad “de las personas en su desarrollo y proyecto de vida, incluyendo la libertad de culto y enseñanza, de elegir, trabajar y emprender, de expresión y reunión, como también los principios de seguridad, “e forma de proteger adecuadamente a los ciudadanos frente a la delincuencia, el narcotráfico, el terrorismo”.

Junto con ello, Piñera realizó una serie de propuestas concretas, como modernizar el régimen presidencial, fortalecer los derechos de las personas, consagrar a nivel constitucional los deberes del Estado, impulsar la descentralización, dar autonomía a servicios como el SII, modernizar la Contraloría y modernizar los poderes Legislativo y Judicial.

“Estoy convencido de que un acuerdo constitucional de esta naturaleza permitirá a Chile recuperar el tiempo perdido, enfrentar con éxito la transición hacia un país desarrollado y sin pobreza, e incorporarse en plenitud al mundo de oportunidades que significa la sociedad del conocimiento y la información”, cerró.