Constanza es una activista en favor de los derechos de los animales que, a través de los ingresos que le genera su pequeño almacén de barrio en Concepción, se encarga de ayudar a canes y felinos en desgracia, costeando su tratamiento y buscándoles un hogar definitivo.

Constanza ha visto muchas situaciones tristes pero este miércoles hubo una que le rompió el corazón.

Hasta su local llegó un niño, preguntándole si quería un gatito, el cual llevaba entre sus brazos. “Le dije que no podía porque ya tengo 3. Entonces me respondió que su mamá lo había mandado a botarlo, pero que él no quería hacerlo porque estaba lloviendo… y se pone a llorar”, relató.

La mujer consoló al pequeño y le dijo que no se preocupara, que ella se haría cargo. Y en efecto, actualmente el minino -una gatita de aproximadamente mes y medio- se encuentra con ella, esperando por un dueño que realmente la quiera y se comprometa a esterilizarla.

“¿Qué tipo de ejemplo le está dando su mamá a este niño?”, reflexionó Constanza. Y en efecto. Queda claro que los niños son almas puras, moldeadas con los años en base a nuestros prejuicios, frustraciones, odios o desviaciones.

Al menos este chico supo hace lo correcto.

Quien quiera adoptar a esta gatita y darle tranquilidad al pequeño, puede contactarse con Constanza en su perfil de Facebook.