A menudo creemos que debemos “matarnos” en el gimnasio para obtener resultados concretos y duraderos. Si tenemos preferencia por correr, pensamos que debemos recorrer un circuito muy largo; mientras que si optamos por levantar pesas, procuramos trabajar con pesas ultra densas.

Debido a que estos son mitos transversales, la Universidad de Wisconsin- La Crosse realizó un estudio que concluyó que provistos de nuestras cuatro extremidades y nuestra disposición para llevar a nuestro cuerpo al límite, puedes quemar más calorías que cualquier otra forma de entrenamiento.

En el experimento participaron 16 adultos en buena forma física, quienes realizaron un circuito de 20 minutos en base a ejercicios utilizando el propio peso del cuerpo: Burpees, flexiones, estocadas y sentadillas. , según recoge la revista de bienestar femenino Women’s Health.

El precursor del estudio, John Porcari, concluyó que los participantes quemaron un promedio de 15 calorías por minuto, casi el doble de lo que se obtiene tras una larga carrera. Además, nos entrega una clave ya que señala que el secreto es el esfuerzo. Debes sentirte extremadamente incómodo. Si al final de tu rutina te sientes exhausto, lo estás haciendo bien.

El circuito que se diseñó para el experimento, contó básicamente con intervalos de alta intensidad y esfuerzo (HIIT), que incluyeron intervalos de recuperación cortos. Específicamente 20 segundos de total esfuerzo y luego 10 segundos de recuperación. Este proceso se repitió 5 veces en segmentos de 4 minutos cada uno.

Porcari explica que cuando realizamos una larga carrera, sólo podemos correr a cierto ritmo para mantener el paso, mientras que cuando realizamos entrenamientos de intervalos de alta intensidad, vamos subiendo el umbral y llevando nuestro cuerpo al límite, desafiamos nuestra resistencia y sobre-entrenamos nuestro sistema metabólico. Este modelo de entrenamiento es el que eligen atletas de alto rendimiento.