Ha pasado una semana desde que el homicidio de Pedro Santelices Martínez (51) conmocionó a la región de Coquimbo.

Recordemos que el profesor, que impartía clases de alemán en la Universidad de La Serena, fue hallado muerto el pasado miércoles 25 de noviembre, al interior del domicilio tipo boxtainer que arrendaba desde hace algunos meses en el pasaje 18 de Septiembre, en calle Lautaro de La Serena.

Desde el comienzo, el crimen tuvo tintes de misterio poco habituales. De hecho, su deceso sólo fue conocido luego de que sus compañeros de trabajo se preocuparan porque el docente simplemente desapareció del mapa. Esto los llevó a dar aviso a la policía, quien lo encontró muerto en su casa, semidesnudo y con múltiples heridas en su cuerpo, claro indicio de que había sido asesinado, lo que fue confirmado por la PDI más tarde.

Luego de siete días, el jefe de la Brigada de Homicidios de la PDI, Jaime Rojo, aclara que la investigación está en pleno desarrollo, por lo que no puede entregar detalles.

Sin embargo, descarta informaciones aparecidas en medios nacionales que hablan de la supuesta participación de un ciudadano alemán en el crimen.

“Eso es totalmente falso, somos nosotros los que llevamos la investigación y en ningún minuto se ha tenido ni siquiera la hipótesis de que una persona de esa nacionalidad tenga algo que ver. No sabemos de dónde salió esa información”, precisó.

La huella del argentino

Pese a que se descarta la vinculación del europeo, la Brigada de Homicidios se encuentra buscando intensamente a un hombre argentino, amigo de Santelices.

Según arrojaron los resultados de las pericias realizadas por el equipo de criminalística, estuvo con el profesor el día que fue asesinado, pero sospechosamente desapareció luego del hecho y hasta ahora no ha podido ser ubicado por los detectives, quienes necesitan entrevistarlo para determinar una presunta vinculación al sitio del suceso.

“Sabemos que estuvo ahí, no podemos afirmar nada más, pero necesitamos hablar con él para poder esclarecer la situación, por eso necesitamos encontrarlo”, precisa Rojo.

El miedo

En el pasaje 18 de Septiembre todavía existe temor. Nunca había pasado algo como lo que ocurrió la semana pasada, por lo que los habitantes del sector sienten que nada volverá a ser como antes.

No muchos quieren hablar del asunto, prefieren olvidar y lo dejan claro de antemano. Diego Martí, residente, es uno de los pocos que opina con la grabadora encendida. El joven reconoce que la última semana ha sido extraña.

“Las cosas cambian, nadie esperaba que pasara algo así. Siempre había sido tranquilo, pero desde el homicidio que las personas andan temerosas, sobre todo porque aquí hay mucha gente mayor, viejitos que de pronto se sienten indefensos y es completamente entendible aunque ya se conozca que el homicidio fue algo personal del profesor, queda esa sensación de que en cualquier momento entra alguien a tu casa y te mata”, indica el joven.

Marisol Álvarez, residente desde hace 31 años, coincide con su vecino, pero afirma que la tranquilidad no se fue con la muerte del profesor, sino que cuando se comenzó a arrendar las casas a desconocidos.

Acá era muy seguro, pero desde hace como un año que las viviendas comenzaron a alquilarse a personas que uno no conoce, aquí ya no vive la gente que es tradicional del barrio. De hecho, ahí donde vivía el profesor, en las casas de al lado que están arrendadas, las fiestas son frecuentes, incluso en días de semana, entonces ahí se producen los desórdenes. Entra y sale gente, meten bulla y una no sabe qué hacer”, manifiesta la vecina, quien asegura tener miedo.

“Estas cosas no se olvidan. Yo conocía a la persona sólo de vista, pero el saber que a unos metros de donde vives tú, tus hijos, mataron a una persona es algo que no te deja dormir tranquila”, concluye la vecina.