Mucho se dice que las arrugas son las pruebas del paso del tiempo y que reflejan la experiencia, pero lo cierto es que la gran mayoría de las personas las detesta y hace todo lo que se encuentra a su alcance para retardar su inevitable aparición.

Pero antes de eso también es importante conocer por qué nos arrugamos y así buscar una solución, que muchas veces es más fácil de lo que creemos.

Para esto es primordial conocer como está compuesta nuestra piel desde su capa más externa, la epidermis, que es una barrera física que nos protege de los agentes externos.

Nuestra epidermis constantemente está cambiando, ya que las células de la superficie de la piel se descascaran y son reemplazadas por nuevas células que están debajo. Este proceso se demora cerca de 60 días, pero a medida que envejecemos esta renovación celular toma más tiempo, por lo que las arrugas se comienzan a notar cada vez más.

Luego se encuentra la dermis, que tienen un papel fundamental en el envejecimiento puesto que es alimentada por vasos sanguíneos, posee colágeno y fibras elásticas, los cuales se encargan de que nuestra piel se mantenga tersa y lisa.

Pero a medida que pasa el tiempo los niveles de colágeno se ven mermados, perdemos la grasa que se encuentra debajo de los tejidos de la piel y su elasticidad es menor, dando paso a la formación de arrugas.

El sol y el envejecimiento

A estas altura ya todos conocemos los peligros terribles efectos que tienen los rayos del sol en nuestra piel, pero nunca está demás recordar la importancia de utilizar durante todo el año protector solar,, para resguardarnos de los rayos UVB y UVA, esto últimos provocan un daño más profundo en nuestra piel y pueden degradar el colágeno, lo que a la larga debilita nuestra piel debilitan nuestra piel, posibilitando la aparición de arrugas, tal como consigna BBC.

Debido a la peligrosidad de los rayos UVA, los cuales por su longitud de onda provocan son capaces de atravesar vidrios, se insiste en el uso de protector solar a toda hora.

Marjan Lazarevski (CC) Flickr

Marjan Lazarevski (CC) Flickr

¿Qué son los radicales y cómo nos afectan?

Los radicales son moléculas de oxígeno que entran en las células cada vez que respiramos y atacan nuestro ADN, especialmente los fibroblastos, que son los productores de colágenos en nuestra piel. Este daño se acumula y provoca arrugas.

Pero como dejar de respirar no es una opción, los científicos están cada vez más convencidos que la alimentación juega un papel fundamental en revertir los daños que causan los radicales.

Por lo tanto proponen ingerir alimentos de colores vibrantes como el tomate, que en este caso posee un poderoso antioxidante, el licopeno, el cual le otorga su distintivo color y tiene la particularidad de ayudar a prevenir el estrés oxidativo, que apresura el envejecimiento.

Asimismo las frutas y verduras que tienen un sabor amargo como el brocoli o el rábano son grandiosa fuente un antioxidante llamado glucosinolato. Aumentar considerablemente el consumo de este tipo de alimentos puede ayudar a fortalecer las defensas de nuestra piel.

David Saddler (CC) Flickr

David Saddler (CC) Flickr

También es importante elevar el consumo de pescados, preferentemente los azules o grasos como las sardinas, el arenque o el salmón, ya que son ricos en Omega 3, ácido graso que ayuda a decantar la inflamación de las células de la piel y retrasa los signos de envejecimiento y además nos ayuda a mantenernos en forma.

El azúcar, un aliado de las arrugas

Durante los últimos años los científicos se han dedicado a estudiar la relación entre el azúcar en la sangre y el envejecimiento, y han logrado observar que las personas con altos niveles de glucosa se ven hasta dos años mayor de lo que realmente son.

Esto tiene una explicación: el exceso de azúcar en la sangre se adhiere al colágeno y hace que este se pierda fuerza, volviéndose más quebradizo haciendo a su vez más dificultoso el proceso de reparación de la piel, posibilitando la aparición de las odiadas arrugas.

Pero ¿qué podemos hacer para revertir esto?

Dejemos algo claro, nuestro organismo produce naturalmente la glucosa al digerir la comida, y esta desempeña un rol fundamental ya que nos dota de la energía necesaria para funcionar.

Pero simples acciones como hacer ejercicio de forma regular y disminuir la ingesta de carbohidratos, pueden ayudarnos mucho a disminuir los niveles de azúcar en la sangre, manteniendonos sanos y retardando además el envejecimiento.