Por lo general, en invierno baja el consumo de agua por el frío, por la poca actividad física o simplemente porque no se tiene suficiente sed. Sin embargo, los expertos recomiendan consumir bastante agua, ya que nuestro cuerpo cumple funciones importantes para sus actividades metabólicas, además de ser depurador del organismo.

Efectivamente, el agua es fundamental para que los riñones eliminen productos tóxicos y desechos a través de la orina, mejora la digestión y el funcionamiento del sistema nervioso, entre otras.

Cerca del 75% del cuerpo es agua en los primeros años de vida, mientras que al llegar a la edad adulta es de 60%. En el adulto mayor disminuye a un 50%, ya que su metabolismo cambia y es necesario que consuma más líquidos pues su masa magra disminuye.

Las guías alimentarias (2013), de nuestro país recomiendan consumir entre seis a ocho vasos de agua pura, lo que equivale a alrededor de dos litros diarios. “Esto va a depender también de la necesidad de cada individuo de acuerdo a su estado físico, actividad, ambiente, alimentación disponible al día, edad y otros factores que estén influyendo en el aporte diario”, explica Mónica Campano, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello.

¿Qué consumir?

Dentro de los líquidos a consumir diariamente se encuentras las infusiones, que son bebidas que se obtiene de frutos, semillas u hojas y brotes de plantas medicinales que se sumergen en agua hirviendo dejando remojar por algunos minutos. Por ejemplo, se menciona infusión de té, de café (que también son diuréticas), de hierbas como manzanilla, menta, toronjil, entre otras, siendo algunas de ella de propiedades curativas.

“Las infusiones como otros productos líquidos o sólidos, pueden consumirse con edulcorantes no nutritivos si se está en el caso de disminuir aportes calóricos o por alguna patología que lo requiere como la diabetes”, subraya la nutricionista.

Los edulcorantes que reemplazan a la sacarosa son: sacarina, aspartamo, sucralosa, acesulfame K, estevia, sustancias provenientes de plantas que endulzan tanto infusiones como algunas preparaciones. “Tienen diferentes características en cuanto a su dulzor, por ello es que se aconseja utilizar las dosis recomendadas diariamente en cada uno de sus envases especificados en mg/kg/día”, aclara la experta.

Otros de los consumos líquidos que pueden ser considerados son las sopas, especialmente que sean de preparación casera. “Logramos obtener sopas más saludables gracias a las propiedades por ser hechas con productos naturales en cuanto a las verduras utilizadas y algunos aliños también obtenidos de yerbas secas o semillas”, dice y agrega que “los cultivos sean hechos en terrenos saneados para ello, es decir, sin pesticidas u otros tóxicos que contengan las tierras seleccionadas por los agrícolas”.

La académica de la UNAB además sostiene que las sopas “deben ser preparadas y enriquecidas con nutrientes que permitan de acuerdo a las edades, género y estado nutricional, dar los aportes adecuados en macronutrientes como son las proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas y minerales, y podemos considerar con ellas parte de los líquidos que la persona debe consumir durante el día”, detalla.

Las sopas son ideales en esta época en que por las condiciones de temperatura, automáticamente hacen ingerir menos líquidos y contrarrestar el frío ambiental. “Por este motivo podemos consumir líquidos más calientes como las sopas caseras, lácteos, aguas de cocción de frutas e infusiones que van a permitir completar el consumo de agua o líquidos diarios recomendados”, concluye.