El mundo moderno es el paraíso para los amantes de la cerveza. Ya no es difícil encontrar a un vecino que fabrique artesanalmente el preciado brebaje, ampliando de forma considerable el espectro que por estos lares estuvo varios años prácticamente restringido a las de fabricación industrial.

Con algunas de estas últimas solemos tener problemas, especialmente al abrirlas y advertir que su sabor nos invita a regurgitar el contenido de la botella.

¿Es la culpa del fabricante? ¿Es la culpa del local comercial en donde la adquiriste? ¿Es tu culpa por tener mala suerte? No, la responsabilidad de arruinar la cerveza es la luz.

La exposición a la luz ultravioleta y la luz visible propicia el deterioro del sabor, según señaló a Wired Roger Barth, de la Universidad de West Chester de Pensilvania. Para su fabricación, los granos de cebada -o el cereal que se emplee- deben ser cocidos “hasta que sus almidones se descompongan en azúcares solubles”. Posteriomente se debe añadir lúpulo al líquido y hervirlo, generando el amargor típico de la cerveza tras la liberación de isohumunolas, molécula con forma de anillo que es vital para el sabor.

Más tarde se convierten los azúcares en alcohol a través de la adición de levadura.

Sin embargo, lo relevante acá son las isohumunolas, cuya exposición a los rayos ultravioleta destruye el enlace entre su anillo central y la cadena lateral de moléculas de oxígeno y carbono, agrega Barth.

La molécula que se libera posee un electrón libre y, si se une con aminoácidos con átomos de azufre, como puede ser la cisteína, genera el despreciable mercaptano, compuesto que genera un nauseabundo olor y aniquila el sabor de la cerveza.

Si quieres preservar el sabor, lo mejor es adquirir cervezas con botellas oscuras, de preferencia las café. Las botellas verdes suelen bloquear parte de la luz, aunque aún así lo más conveniente es mantenerlas en lugares oscuros.

Pero si a toda costa pretendes tener una buena experiencia, por favor no adquieras una que esté contenida en una botella transparente. Si no es la luz del sol, la luz fluorescente se encargará de recordarte que debías seguir nuestros consejos.