El supuesto autor del tiroteo de Colorado compró legalmente las armas que hicieron posible la tragedia, como el rifle de asalto de estilo militar y una recámara especial que hizo que pudiera disparar entre 50 y 60 balas por minuto.

En tan sólo ocho semanas almacenó a través de internet un total de 6.300 cargas de munición: 3.000 para su rifle semiautomático Ar-15 de calibre .233, otros 3.000 para sus dos pistolas .22 Glocks y 300 cartuchos para su escopeta de pistón.

Cuando los comerciantes de armas realizaron las comprobaciones de seguridad requeridas bajo la ley californiana, no sonó ninguna alarma porque lo único que figuraba en el historial de James Holmes, de 24 años, era una multa por exceso de velocidad, afirmaron las autoridades.

El viernes, el hombre armado entró en el estreno de medianoche de la última entrega de Batman, “The Dark Knight Rises”, y abrió fuego en un cine lleno de gente, acabando con la vida de 12 personas e hiriendo a otras 58 en cuestión de minutos.

La masacre de Aurora suma una más en una larga letanía de espeluznantes tiroteos en Estados Unidos que incluyen el del instituto de Columbine (13 muertos en 1999), el campus de la Universidad Virginia Tech (32 muertos en 2007) y el tiroteo del año pasado en Tucson, Arizona, en el que murieron seis personas y dejó a la congresista Gabby Giffords luchando entre la vida y la muerte.

Los defensores del control de armas afirman que Estados Unidos es más proclive a los tiroteos masivos que otros países porque cuenta con leyes de control de armas muy laxas en muchos estados.

“Alguien tiene que hacer algo con respecto a esto”, afirmó el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que solicita controles más estrictos sobre los compradores, según declaró a la cadena de televisión CBS.

“Tenemos que enfrentar la realidad de que este tipo de tragedias continuarán sucediendo a menos que hagamos algo sobre nuestras laxas leyes de armas”, afirmó, el senador Frank Lautenberg, un demócrata de Nueva Jersey que planea reintroducir legislación más estricta.

A pesar de la profunda búsqueda de razones sobre la última masacre en Estados Unidos, nadie ve voluntad de ningún lado del espectro político para tratar de remediar el punto muerto en que se hayan las cosas sobre el problema de las armas, especialmente en un año electoral.

Varios de los territorios clave en las elecciones de noviembre -Ohio, Pensilvania y Virginia, por ejemplo- tienen poblaciones que ven con buenos ojos la posesión de armas y siguen aferrados al “derecho de portar armas” que está consagrado en la constitución estadounidense.

El poderoso grupo de presión a favor de las armas, liderado por la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus sigla en inglés) cuenta con mucho dinero e importante influencia en Washington. Argumenta que la gente que está loca comete locuras de todas formas y que tomar medidas drásticas que afecten a las libertades estadounidenses no cambiarán las cosas.

En referencia al caso, el gobernador de Colorado, John Hickenlooper afirmó que Holmes era evidentemente una “persona muy inteligente” que sabía cómo fabricar bombas y que habría encontrado otras formas de matar.

“Habría encontrado explosivos, habría encontrado otras cosas, algún tipo de gas venenoso, habría hecho algo para generar este horror”, afirmó Hickenlooper, un demócrata, a la cadena de televisión ABC.

El senador republicano John McCain apuntó -casualmente en el primer aniversario de la masacre de Anders Behring Breivik que dejó 77 muertos en Noruega- que los horripilantes tiroteos pueden ocurrir en cualquier lugar.

“El asesino en Noruega estaba en un país que tiene un estricto control de armas y sin embargo todavía fue capaz de lograr los medios necesarios para iniciar y llevar a cabo una carnicería humana”, declaró a la CNN.

“No necesitamos más leyes, necesitamos un par de ajustes; hay un vacío legal por el que puedes vender armas sin realizar comprobaciones sobre el historial del individuo en una feria de armas – 40% de las armas se venden de esta forma, al igual que en internet”, afirma Bloomberg.

“Tenemos que solucionar el hecho de que se supone que los estados deben enviar a una base centralizada datos sobre quién tiene problemas psiquiátricos y quién está condenado”, dijo.

Por su parte Ed Perlmutter, un congresista de Colorado, aclaró a la CNN: “Creo que tenemos que estudiar como (Holmes) pudo adquirir tanta munición por internet sin responder a ninguna pregunta”.

Otros son más pesimitas. “Habrá muchas charlas, habrá muchas discusiones y muchos debates. Pero caerá en el olvido, como ha sucedido en todos los casos anteriores, por desgracia”, afirmó Charles Ramsey, de la policía de Filadelfia. Algo en lo que coincide un editorial del cotidiano the Washington Post.

“No esperamos que está masacre lleve a leyes más sensibles, sabemos cómo funciona la política”, afirmó el editorial.

“La legislación sobre armas de Estados Unidos no tiene ningún sentido”, concluyó.