El mayor banco estadounidense, JPMorgan, informó el viernes que sus pérdidas de corretaje se acercan a los 6.000 millones de dólares y acusó a algunos “individuos” en la organización de haber ocultado el problema.

Solamente en el segundo trimestre, el mayor banco por activos de Estados Unidos, perdió 4.400 millones de dólares en corretaje de derivados de crédito en Londres, algo más del doble que el monto inicialmente anunciado en mayo.

Pero las pérdidas del equipo londinense de la unidad de corretaje del banco en la City, habían comenzado mucho antes. “Llegaron desde comienzos de año a 5.800 millones de dólares”, indicó el director financiero Douglas Braunstein durante una conferencia con analistas.

“La firma descubrió recientemente informaciones que dejan dudas sobre la integridad de los traders (corredores)”, y “algunos individuos pudieron haber intentado evitar mostrar la totalidad de las pérdidas”, advirtió el banco, que en consecuencia revisó a la baja los resultados ya publicados del primer trimestre.

JPMorgan dice haber reducido ampliamente el portafolio de derivados de créditos que es la causa de esas enormes pérdidas, pero lo que queda “no es poco”, admitió el presidente, Jamie Dimon, durante la misma conferencia.

“En un escenario extremo”, en particular si la situación se deteriora significativamente en Europa, las pérdidas podrían ascender a entre 800 y 1.700 millones de dólares más, agregó, aunque comentó que tal posibilidad “sería sorprendente”.

A pesar de todo, el grupo logró obtener 5.000 millones de dólares en beneficios en el segundo trimestre, una caída de 9% respecto del mismo período del año pasado. El volumen de negocios se redujo 17%, a 22.200 millones de dólares.

Todos los directivos que trabajaban en el equipo londinense de la unidad en cuestión fueron despedidos, incluido el trader francés Bruno Iksil, quien había sido apodado “la ballena de Londres” a causa de sus enormes y arriesgadas posiciones en materia de derivados de créditos europeos.

Los directivos implicados en esas pérdidas fueron despedidos “sin indemnizaciones” ni “primas para 2012″ y el banco les pedirá que devuelvan las remuneraciones pasadas que “podrían ir hasta dos años” atrás.

Este caso “ha sacudido a nuestra empresa”, “nos hemos disparado un tiro en el pie”, admitió Dimon, gran crítico de la ley Dood-Frank que fortalece las regulaciones en el sector financiero en Estados Unidos. Aseguró que se trata de un hecho “aislado”.

“Seguimos siendo la misma empresa que en 2006, 2007, 2008, 2009″, la que a menudo obtuvo beneficios récord y gestionó bien la crisis financiera para llegar a la cima del sector financiero estadounidense, argumentó.

Los inversores parecían tranquilos y la acción de JPMorgan subía más de 3%, a 35,34 dólares tras la conferencia.

“Lo peor para JPMorgan Chase parece haber quedado atrás”, sostuvo el sitio de analistas 247Wallst.com.

Pero los pequeños inversores siguen inquietos: la acción cayó 15% desde el 10 de mayo, es decir 23.500 millones de dólares de valorización bursátil evaporados.

El sindicato AFL-CIO, que administra enormes fondos de pensiones y tiene el 4,5% de JPMorgan Chase, criticó en un comunicado a la firma y “a los otros bancos de Wall Street que siguen funcionando con una mentalidad de casino”.