Una docena de expresidentes de América Latina instaron el domingo a los gobiernos de la región a ejercer mayor voluntad política en defensa de la democracia, al concluir una cumbre en conmemoración del X aniversario de la Carta Democrática Interamericana de la OEA.

“Instamos a los gobiernos a propiciar una acción concertada con el fin que la aplicación de la Carta no se vea limitada en coyunturas donde la voluntad política de los Estados miembros de la OEA no sea la suficiente para asegurar su eficacia”, dicen en un documento los exjefes de Estado de Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, República Dominicana y Salvador.

“La aplicación de la Carta, en algunos casos, ha mostrado su eficacia y validez (…), pero al mismo tiempo sus limitaciones”, señala el texto.

Las limitaciones a la Carta -agregan- han sido manifiestas “cuando no existe una decidida voluntad política de los gobiernos para accionar los mecanismos de acción colectiva a favor de la preservación democrática”.

Agrupados en torno al Centro Global para el Desarrollo y la Democracia, que dirige el expresidente peruano Alejandro Toledo (2001-2006), los líderes anunciaron “un mecanismo de observación y de alerta temprana en los casos de alteración de la institucionalidad democrática en la región”.

“La alteración del orden democrático no sólo se produce cuando se afecta el legítimo ejercicio del poder por parte del Ejecutivo, sino cuando se afecta la independencia o el legítimo ejercicio de los poderes Legislativo y Judicial”, agregaron.

A la cumbre asistieron el mexicano Vicente Fox, los bolivianos Jaime Paz Zamora y Carlos Mesa, el colombiano Ernesto Samper, el argentino Fernando de la Rúa, los ecuatorianos Rodrigo Borja y Gustavo Noboa, los panameños Martín Torrijos y Nicolás Ardito, el salvadoreño Antonio Saca, el dominicano Hipólito Mejía, el español José María Aznar y el eurodiputado José Ignacio Salafranca.

La Carta Interamericana se aprobó en Lima el 11 de septiembre de 2001 en una Asamblea extraordinaria de la OEA a la que asistía el secretario de Estado Colin Powell, quien regresó de inmediato a Washington por los ataques de Al Qaida.

Según la Carta Interamericana la ruptura del orden democrático constituye un obstáculo insuperable para la participación del país afectado en la OEA.