¿Cuántas veces no hemos deseado lo que tiene un compañero, un amigo o un vecino? Pues esa sensación se llama “envidia”. Pero…¿de dónde se origina?

El catedrático del Departamento de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid, Antonio Cabrales, intentó descubrir el origen evolutivo de la envidia y además, probar teóricamente los posibles efectos de la misma en las empresas. Los resultados los publicó en una nueva investigación que apareció recientemente en SERIEs, la revista de la Asociación Española de Economía.

Envidia

Gabriel S. Delgado en Flickr

Para el estudio, la palabra envidia se usó con el significado de “aversión a la desigualdad”, lo que quiere expresar que las personas están dispuestas a gastar cualquier tipo de recurso para reducir diferencias que puedan tener con otras en cuanto a un bienestar material.

El experto indicó que “Lo que se demuestra en el artículo es que hay poderosas razones evolutivas para que seamos envidiosos y, por tanto, que la llevamos codificada en los genes”. Es por esto que la investigación plantea la envidia como resultado de una competición por unos recursos limitados.

Según informó Contexto, de acuerdo a esta hipótesis, la envidia puede tener su origen en el hecho de que los recursos que se obtienen en el trabajo, por ejemplo, se utilicen después en algún tipo de conflicto interpersonal, como obtener la mejor pareja o el dominio de algo.

Lo que le importa a estas personas es acumular más recursos que el rival, por lo que la victoria no sólo dependería de tener mucho, sino de tener más que otra persona.