Sarita Colonia es algo así como la santa de la marginalidad en Perú. Migrantes, delincuentes, prostitutas, drogadictos y homosexuales se encargan a la figura de esta mujer, quien desde la humildad y la generosidad dedicó su vida entera a compartir y acoger a todo quien se le cruzara por delante con alguna necesidad.
Su figura, eso sí, no está en las instituciones -de hecho no se espera que sea beatificada por la Iglesia Católica-, sino que es una figura sincrética, de tradición popular y de recuerdo colaborativo.
Esa ha sido la musa inspiradora de este local de “cocina peruana travesti” desde que se instaló en la calle Loreto, justo en el antiguo sector de “La Chimba” santiaguina. Ha brillado con luz propia en el circuito gastronómico capitalino.
¿Por qué? Básicamente por lo bien elegido de su nombre: “El Sarita” es un local sincrético por donde se lo mire: tolerante, diverso, de alta calidad y con una tradición autoimpuesta de colores que, en todo este tiempo, siempre ha respetado, como si fuera una ley no escrita. Para bien y para no tan bien.
Esto lo digo porque desde hace ya algunos años me he pasado por este local y hay un plato que nunca me ha gustado como termina, el Pulpo al Olivo ($13.900). Con ingredientes de buena calidad, cada vez que voy termino comentando que la salsa no compite sino que se come el sabor de la carne del molusco, por lo que debería llamarse “Aceituna con Pulpo”, así como para estar advertidos.
Pero no se engañe: En la carta se promueve bien, la presentación del plato es linda y su preparación siempre es correcta y sabrosa. Me quejo de lleno, y casi siempre lo vuelvo a pedir. Si le gusta el pulpo -o las aceitunas- pídalo con confianza.
El plato incluye trozos de pulpo maridado en aceite de oliva y limón, lo que le da una muy buena textura y consistencia a la carne. Esto se acompaña por una abundante salsa de aceitunas moradas, además de musgo de perejil y pan brioche con tinta de calamar.
Con una decoración ecléctica, el local es amplio (muy amplio) y aunque regularmente es necesario reservar, en estos tiempos convulsos se puede llegar directamente y tener un buen lugar, más aún si va antes de las 22:00 horas.
Las anfitrionas son simpáticas, un poco intensas pero muy preocupadas y hacen bien su trabajo al punto que, si no tienen lugar, casi que va a salir pidiendo disculpas por cometer la imprudencia de llegar sin haber llamado antes.
Cuando entre le recomiendo ubicarse en el tercer nivel, que es donde se puede fumar. Aquí además está cerca de una de las dos barras del local y tendrá vista a Loreto o al patio interior. Si queda al medio no se complique, no es mala ubicación porque en general todo el lugar es cómodo y está bien atendido.
La única advertencia es que si no le gusta la diversidad no vaya. Acá es como ir a un bar en un país desarrollado: Los parroquianos hablan en muchos idiomas, se visten con estilo, se ríen fuerte y nadie se complica por tus preferencias sexuales. De hecho, el único escándalo que se vive es el que hacen de cuando en vez en alguna mesa alguien se ríe demasiado.
Otro recomendado del local es el Ceviche Tradicional ($12.900). La preparación, como dice su nombre, es la clásica. Está muy bien montada y tiene un poco de picante, pero casi nada. Es una de las preparaciones que, si se puede, hay que probar en este local.
Y aunque mi recomendación es a comer liviano y pedir muchos cócteles, hay gente que prefiere los fondos. Y aquí también tengo dos recomendados.
El primero es el Lomo Saltado ($13.900), que se sirve a punto y tiene muchísimo sabor. Esta mezcla de filete, cebolla morada, tomates, juliana de ají amarillo, salsa de soya, papas fritas con piel y arroz blanco es enjundiosa y muy rica. Tanto que, aunque está fuera de casi todas las convenciones el buen comer, dan ganas de untarlo con pancito y comerlo acurrucado en un sillón.
Es un muy buen plato.
El otro recomendado es la Sobrecostilla Glaseada Té Exceptional Berry Sensation de Dilmah con Cremoso de Mote ($14.900). Este plato suma una sobrecostilla “de libre pastoreo” que es cocida a fuego lento por 8 horas, glaseada y servida sobre un cremoso de mote al ají amarillo.
El plato es de buena calidad, pero acá la carne no destaca como sí lo hace en otros lugares en donde se sirven preparaciones similares, como el Ox, donde la carne madurada con pastelera es simplemente un placer. Acá el plato es correcto, no se equivoque, pero no es lo mismo. Si va por la carne, no lo pida, acá el conjunto manda, y está muy bien lograda.
Otro plato bueno, pero es porque también es de todo mi gusto es el Anticuchos de Corazón ($11.900). Hay que tener personalidad para comer este músculo de textura particular y mucho aliño. Acá el plato son cortes de corazón de res marinados y sellados acompañado con choclo peruano salteado en mantequilla y comino, papas doradas y salsa de ají amarillo y rocoto.
No soy muy amigo de los postres ni del café en este local.
Claro que volveré: Siempre lo hago. Es uno de mis recomendados.
Por Mario Riveros M. @mario_riverosm
Para escribir esta reseña se visitó dos veces el local de manera anónima. No se recibió ni aceptó ninguna invitación por parte del local.
Sarita Colonia. Loreto 40, Recoleta. No tiene estacionamientos propios, pero hay de superficie en los alrededores que se supone no son pagados, pero te piden “cooperación voluntaria”. La recomendación es llegar en taxi.
