“Quiero mostrar que hay gente normal con vidas normales en estos trabajos”, señaló al principio de su gestión Sanna Marin, la primera ministra de Finlandia que enfrenta cuestionamientos por su estilo de vida, con fiestas y festivales.

A sus 36 años, Sanna Marin tiene mucho que contar. Se transformó en la mandataria más joven de Finlandia, pero también fue la líder de gobierno más joven del mundo, hasta que Gabriel Boric, el presidente de Chile, ocupó ese lugar, ya que nació algunos meses después que la joven primer ministra.

Aunque ostentar un cargo tan importante, siendo tan joven, no le dio tanta popularidad mundial como lo hicieron videos que se filtraron durante las últimas semanas.

En estos registros se le pudo ver bailando, como lo haría cualquier persona de su edad, claro que probablemente no se acostumbra a ver así a alguien, considerando el cargo que ella ocupa.

Durante las últimas semanas, Marin fue blanco de críticas por parte de la oposición a su gobierno, con un test de drogas en medio e incluso, una disculpa pública.

Pero, ¿quién es Sanna Marín y por qué es una primera ministra que genera tanta atención mundial? También abre otra interrogante al debate: ¿hasta qué punto los políticos pueden disfrutar de la vida?

Sanna Marin, una primera ministra diferente
@sannamarin | Instagram

Sanna Marín, con 34 años al poder

“Gracias por la confianza que recibí. Es un gran honor poder liderar Finlandia”, señaló a través de su cuenta de Instagram Sanna Marín el 10 de diciembre de 2019, cuando asumía el cargo de primera ministra de Finlandia.

Hasta ese momento, se había desempeñado como ministra de Transporte del gobierno del Partido Socialdemócrata finlandés, pero luego sucedería en el máximo cargo a un Antti Rinne que renunció tras perder respaldo, debido a las huelgas de diversas industrias en el país, consignó Vanity Fair.

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Sanna Marín, una joven de 34 años, madre de una hija y aún soltera, llegaba al poder con una coalición formada por mujeres políticas de una coalición de centro izquierda.

Llamó la atención del mundo por conformar un gabinete joven y femenino al completo, algo aún raro de ver en 2019 cuando asumió, justo antes de la pandemia que encerró al mundo y puso en jaque a su gobierno.

Pero no era algo raro en Finlandia. En 1906 fue el primer país del mundo que otorgó a las mujeres el derecho a voto y en tener parlamentarias mujeres, mucho antes que varios países de occidente. Además, para el 2000 ya había elegido a una primera ministra: Tarja Halonen, secundada por Anneli Jaatteenma.

Gabinete Sanna Marin
@SannaMarin | Instagram

Una gestión elogiada a nivel mundial

Solo tres meses después de que tomara el poder, la pandemia del covid-19 arrasaba a nivel mundial, complicando practicamente a todos los gobiernos del mundo, que no podían evitar que el virus se propagara.

Sin embargo, Sanna Marin y su gobierno destacaron a nivel mundial por el manejo en la pandemia.

Además de confinar al país, activó la Ley de Poderes de Emergencia, que le permitía regular los salarios y -de acuerdo a lo que comenta BBC.“>BBC– exigir “la puesta en práctica obligatoria de mano de obra para obtener trabajo”, algo que se había hecho por última vez en la Segunda Guerra mundial.

Sanna y su gabinete de mujeres se movilizaron para pedirle a sus ciudadanos que se mantuvieran en sus casas el mayor tiempo posible, así como también se hicieran el examen si tenían síntomas, aunque fueran leves.

Mantuvo reuniones con laboratorios, clínicas y médicos e hizo informativos diarios para la ciudadanía, aceptando también preguntas de niños.

Su gestión se puso al mismo nivel que las que realizaron las gobernantes de Alemania, Nueva Zelanda y Taiwán, donde se llegó a cuestionar el liderazgo masculino, considerando que las mejores gestiones en covid fueron hechas por mujeres.

Aunque no estuvo exenta de polémicas, ya que Katri Kulmuni, una de las mujeres de su gabinete y la más joven, salió del núcleo político tras un escándalo por gastos.

Una autoridad diferente

Sanna Marín era la mujer más joven en el mundo en tomar un cargo de esta relevancia, pero no solo eso la hizo excepcional, sino que también su historia de vida.

Es la primera persona de su familia que fue a la universidad, tras ser criada por dos mujeres: su madre y la novia de ella, a la que se unió luego de divorciarse del padre de Sanna, un hombre alcohólico.

Asumió el cargo como madre soltera, luego de tener una hija junto a Markus Räikkönen, un ex futbolista profesional al que conoció cuando ambos tenían 18 años. Con él se casó en una privada boda en agosto de 2020, cuando ya era primera ministra.

Matrimonio de Sanna Marin
@SannaMarin | Instagram

“Ayer dijimos que que sí el uno al otro. Feliz y agradecida de compartir mi vida con la persona que amo. Hemos visto y experimentado mucho juntos, compartido alegrías y tristezas, y nos hemos apoyado en altibajos. Hemos vivido juntos nuestra juventud, crecido y crecido para ser padres de nuestra querida hija. De toda la gente. Tú eres la única para mí”, publicaba en sus redes sociales anunciando su matrimonio.

La joven, que se había comprometido años antes, señaló que nunca sería el momento adecuado, por lo que sencillamente se casó en una ceremonia privada y sorpresiva, ya que nadie sabía, hasta que se hizo público.

Es parte del sello de Sanna Marin, quien tiene una vida privada que no abandona por el cargo que ostenta. Por lo mismo, no tuvo problemas en vestir una chaqueta de cuero, jeans cortos y bototos para encabezar el orgullo gay en Helsinki, indicó Vanitatis.

El sello de Sanna Marin

Cuando se enfundó en un vestido de lentejuelas y participó del Flow Festival de Helsinki, el espacio de música más importante de su país, Sanna Marin lucía como una estrella de rock y parecía no encajar en el canon tradicional de una máxima autoridad del Finlandia.

Pero suele pasar que a una mujer se le juzga más por su atuendo que por su capacidad para trabajar y llevar adelante una gestión.

Bien lo sabe Sanna Marin, quien, pese a que se niega a dejar de lado su vida privada, constantemente es puesta en tela de juicio, debido a su agrado por salir a fiestas, disfrutar del alcohol y bailar.

Quizás su mayor escándalo es el video que se filtró hace algunas semanas, donde se le vio bailando junto a sus amigos, donde no dejó que nadie le “robara” la pista de baile.

Se le cuestionó duramente por el registro, lo que incluso llevó a que tomara voluntariamente un test de drogas para demostrar que no había consumido sustancias ilícitas en dicha fiesta.

“Pasé una noche con amigos, en la que se consumió alcohol, pero en la que no consumí drogas ni presencié el uso de drogas por parte de otros”, declaró Sanna Marin en el momento más duro de su gestión, indicó ABC.

“Paso mi tiempo libre al igual que otras personas de mi edad. Espero que eso sea aceptado”, acotó Marin, respecto de la celebración, en la que participaron personas tan públicas como ella, como una cantante, un diputado y presentadores de televisión, entre otros.

Pese a la lluvia de críticas, mujeres de su país se lanzaron a redes sociales a subir videos bailando, solidarizando con la primer ministra, en medio de la polémica.

El escándalo continúa

Aunque Sanna Marin defiende su derecho a una agenda privada, continúan filtrando imágenes de lo que ocurre tras bambalinas.

Eso fue lo que ocurrió esta semana, cuando se filtró la imagen de dos influencers que participaron en una celebración descubriendo su busto. La imagen revivió la polémica que había terminado con el test negativo de drogas de Marin.

Esta vez, Marin tuvo que salir a dar disculpas por la situación, indicando que “no he faltado ni un solo día al trabajo y no he dejado nada por hacer”.

También aludió a la oposición, escandalizada ante la filtración de videos e imágenes que la muestran en fiestas. Señaló que espera valoren más lo que hace en su trabajo que lo que realiza en su tiempo libre.

Sanna Marin junto a los finlandeses
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La primera ministra de Finlandia también aprovechó para reconocer que tuvo una complicada semana. “Soy un ser humano. A veces también anhelo la alegría, la luz y el placer en medio de estas nubes oscuras”, declaró, según consignó El País.

La situación también abre el debate sobre la forma en que los políticos pueden disfrutar de su vida privada, considerando que de su desempeño dependen, no solo sus electores, sino que el país completo.

“Quiero mostrar que hay gente normal con vidas normales en estos trabajos”, señalaba entusiasta Marin cuando tomó el cargo, aunque con el paso de los años haya tenido que pedir varias veces disculpas por esa “vida normal”.

Sanna Marin no es la primera ni la más “escandalosa”

El episodio vivido por la primera ministra finlandesa trae a la memora otros casos de líderes mundiales en la polémica por fiestas. Algunos bastante más escandalosos.

Tales son los casos del primer ministro británico, Boris Johnson, quien fue sancionado por haber infringido la ley al participar en Downing Street, la residencia de gobierno, en una fiesta de cumpleaños en 2020, en plenas restricciones de pandemia.

O Silvio Berlusconi. El ex primer ministro de Italia que se vio envuelto en la polémica por fiestas en que se acusó la participación de “esclavas sexuales”.