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En conmemoración a los 80 años de la liberación de Auschwitz, el campo de concentración nazi más infame del Holocausto, se ha anunciado la reapertura de la casa del comandante Rudolf Höss, ahora convertida en un 'Centro contra el odio'. El lugar, dirigido por Jacek Purski, del Proyecto Contra el Extremismo, busca transformar el sitio en un espacio de conciencia y valores humanitarios.

A 80 años de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, considerado uno de los más terribles en la época del Holocausto, se anunció la reapertura de la casa de quien fuera su comandante, el nazi Rudolf Höss.

Se trata de una reconversión del lugar, que ahora será concebido como un ‘Centro contra el odio’, donde se exhibirán piezas, fotografías y testimonios escritos de víctimas.

El lugar abrió sus puertas justo en esta fecha, para que algunos supervivientes del puedan visitarlo. Se confirmó además que será dirigido por Jacek Purski, del Proyecto Contra el Extremismo (CEP), que busca “transformar un lugar que alguna vez simbolizó el odio en un centro de conciencia y valores humanitarios”.

“Queremos que la gente que venga aquí preste atención a su responsabilidad por las amenazas actuales de radicalización y extremismo. Queremos que todos los que salgan de este lugar entiendan que no se trata sólo de una lección de la historia. La lección que hay al otro lado de estas paredes es la más importante”, enfatizó en declaraciones a la agencia EFE.

Höss fue señalado directamente como el causante de la muerte de más de 3 millones de personas, en ese tiempo. Uno de sus sobrenombres fue el de ‘Animal de Auschwitz’.

De acuerdo a Natgeo, no está claro si Rudolf Höss fue parte de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, en el periodo entreguerras estuvo ligado a grupos paramilitares ‘Anticomunistas y Nacionalistas en Alemania’.

Fue parte del ejército alemán cuando Adolf Hitler asumió como canciller. Posteriormente ingresó a las SS, donde adquirió fama de ser un sujeto sumamente severo.

Su primer acercamiento con los campos de concentración estuvo relacionado a los recintos abiertos en Dachau y Sachsenhausen. Posteriormente fue destinado a Auschwitz, como comandante jefe, llegando hasta esa zona a vivir con toda su familia.

Allá fue uno de los principales impulsores de la llamada ‘Solución final’, que llevó a la muerte a seis millones de personas, entre judíos, gitanos, homosexuales y dirigentes políticos.

Höss fue detenido días después de la liberación del campo, llevada a cabo por el Ejército Rojo. Su juicio se efectuó en Nuremberg y se extendió por dos años. En ese lugar reconoció sus crímenes.

“Calculo que al menos 2.500.000 de personas fueron asesinadas y desechadas allí por gases y quemaduras; al menos medio millón más murieron de hambre y enfermedades, lo que hace un total de 3.000.000 de muertos”, indicó en ese momento.

Fue condenado a pena de muerte por ahorcamiento, la cual se llevó a cabo el 16 de abril de 1947, en el mismo sitio del antiguo campo de Auschwitz, cerca de los restos del edificio de la Gestapo y a pocos metros de su antigua casa.

De acuerdo a EFE, la casa donde vivió con su familia, que su mujer calificó de “paraíso en la Tierra”, contaba con piscina, un gran jardín, establos, sauna y todas las comodidades con las que apenas podían soñar los prisioneros que, a muy pocos metros, intentaban sobrevivir un día más.

La película “La zona de interés” (The Zone of Interest, 2023), basada en una novela de Martin Amis y premiada con un Oscar, retrata la vida idílica que Höss llevó allí con su familia y que solo se veía interrumpida por los encuentros ocasionales con prisioneros llegados al campo.

Cuando una visión desagradable le turbaba, contó Höss, un paseo a caballo bastaba para hacerle olvidarlo todo.

Al llevar a cabo la limpieza del edificio, se encontraron unos manuscritos y uno de los conocidos uniformes rayados que perteneció a un prisionero y que se colocó para tapar un agujero en la azotea, donde estaba el cuarto de juegos del hijo de Höss.

Hoy, en la puerta de la casa se puede ver una “mezuzá”, un pequeño pergamino con unos versículos de la Torá judía protegido en una cajita colocada en la bisagra y que se usa en los hogares judíos para proteger a los residentes e invitados.