Una paciente con cáncer se convirtió en la inesperada víctima de unos hackers en Reino Unido.
Desde hace 5 semanas, los hospitales del sistema público británico (NHS) sufren serios trastornos en su funcionamiento debido a un ataque contra Synnovis, un ente público-privado encargado de proveerles desde suministros, hasta pruebas de laboratorio críticas para el quirófano.
Perpetrado por el grupo ruso Qilin que exige un monto no divulgado, el secuestro de información obligó a suspender 1.500 cirugías sólo en Londres. Una de las afectadas es Johanna Groothuizen.
Para Johanna de 36 años, la situación no pudo ocurrir en peor momento. A fines de 2023 le diagnosticaron un agresivo cáncer de mama vinculado a la proteína HER2, que la obligaron a someterse a varias sesiones de quimioterapia, antes de una operación para extirpar su pecho derecho.
Dentro de lo malo, algo bueno: los médicos le dijeron que en vez de una traumática mastectomía radical, podrían practicarle una mastectomía modificada. Esta conserva la piel, aureola y pezón del seno, permitiendo una reconstrucción inmediata. Y aquí no ha pasado nada.
Pero entonces llegó Qilin.
Una horrible decisión
Tras mucha incertidumbre, Johanna se vio enfrentada a tomar una dura decisión. La imposibilidad de contar con la transfusión de sangre necesaria para el procedimiento sólo dejaba dos opciones: realizar una mastectomía radical o posponer el procedimiento para un futuro indeterminado.
“No tenía idea de cuándo las cosas volverían a la normalidad. El hospital no tenía idea. Así que al final sentí que la única alternativa que tenía era la mastectomía radical frente a un cáncer tan agresivo. Tengo dos hijos y no quiero morir“, explicó a The Register.
“Pero claro. Llega el día después y cuando despiertas, ya no tienes uno de tus pechos”, sentenció dolida.
Johanna comentó que todo el procedimiento se sintió apresurado. De hecho, acababa de despertar aún mareada por la anestesia cuando el cirujano comenzó a detallarle los procedimientos de autocuidado para darla de alta. Sin embargo, no culpa al equipo médico, del que notó que hacían lo mejor posible frente a una situación de caos.
“De todas las cosas que podían ocurrir, nunca pensé en un ciberataque de hackers rusos. Es algo imprevisible. La gente del NHS estaba trabajando duro para tratar de dar a la gente los tratamientos que necesitaban”, aseguró.
Y consultada sobre qué le diría a los miembros de Qilin si alguna vez los encontrara, mostró un humor envidiable.
“Les mostraría las tetas”, dijo con una carcajada. “Les mostraría una foto de mi cuerpo como luce ahora para que vean lo que causaron. Porque, Dios, ¿qué le puedes decir a gente como esa?”, reflexionó.
“Creo que es muy fácil hacer algo como eso desde tu computador, donde te disocias las consecuencias. Puedes fingir que no son personas reales a las que estás haciendo daño”, concluyó