Los juegos de azar pueden traer felicidad para algunas personas o familias, aunque en otros casos, el boleto ganador se transforma en el inicio del desastre de sus vidas.

Ganarse un premio millonario puede cambiar la vida de cualquier persona, siendo una gran ayuda si es que están pasando por momentos difíciles económicamente. Muchos de los ganadores les gusta demostrar su victoria en los juegos de azar frente a miles de otros competidores, mientras que otros prefieren mantenerse bajo perfil o en el anonimato.

En Estados Unidos, se venden aproximadamente 80.000 millones de boletos de lotería y raspes, entregando grandes premios en todo el país. Incluso, en 2018, marcó el premio récord de 1.500 millones de dólares, el cual fue ganado por un habitante de Carolina del Sur.

Malgastar el dinero y tener una vida llena de excesos, ha llevado a varios nuevos millonarios de la noche a la mañana a la perdición, gastando todos sus millones hasta llegar a la bancarrota. Existen muchas de estas historias, donde ganar en los juegos de azar puede ser un viaje al infierno, perdiendo sus familias, amigos y todos sus bienes.

Buena suerte en los juegos de azar puede ser un infierno

Ganar un boleto en los juegos de azar puede ser algo caído del cielo y así lo fue con Jack Whittaker, quién ganó 315 millones de dólares en 2002. Su plan principal era ayudar a todos hasta no poder más. Aunque en un principio ayudó a varias organizaciones y bastantes familias, incluso a la cajera que le vendió el ticket le regaló una casa y un auto, el dinero fácil no fue bien administrado por el ganador.

Desde el 2003, Whittaker sufrió varios incidentes donde perdió parte de su fortuna. En agosto de ese año fue asaltado y perdió su maletín con 545 mil dólares, tiempo después se descubrió que una gerente general de un club nocturno que frecuentaba y una bailarina tenían un complot donde drogaban a Whittaker para luego robarle, también su auto fue robado en 2004 con 200 mil dólares en efectivo, los que fueron recuperados tiempos después.

Aunque eso no fue todo, la familia de Whittaker también tuvo un final triste: su nieta favorita murió de una sobredosis de drogas y su hija fue hallada muerta en 2009 por posibles causas naturales debido a que sufría de linfoma recurrente. Esto fue acompañado de la pérdida total de su fortuna luego de cuatro años de haber ganado la lotería, el incendio de su casa y el divorcio de su esposa, que lo llevó al alcoholismo.

Todo por el dinero

El caso de Jeffrey Dampier es un ejemplo donde, de un día para otro, pasó de ser un guardia de seguridad a ser un millonario luego de ganar 20 millones de dólares. Tras ello, se casó con una mujer llamada Crystal Jackson, quien tenía una hermana de nombre Victoria, la cual se convirtió en la amante de Jeffrey.

Frente a ello, su cuñada comenzó a solicitarle ayuda monetaria y Jeffrey se la entregaba normalmente. Pero lo que no se sabía hasta el momento era que Victoria estaba saliendo con otro hombre, que sabía de la fortuna de su cuñado. Al no estar saciados por el dinero de su ayuda, su cuñada y su novio, decidieron secuestrar al millonario, donde lo amenazaron para que entregara todo su dinero, mientras manejaban una camioneta.

Debido a que no obtuvieron una respuesta positiva de Jeffrey Dampier, Victoria le disparó al ganador de la lotería por la espalda. La pareja dejó abandonada la camioneta con el cadáver de Dampier en un camino desierto, siendo descubierta prontamente. Los dos fugitivos fueron detenidos unos días después, recibiendo una sentencia de cadena perpetua en la cárcel.

Jeffrey Dampier ganador de juegos de azar
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De la cárcel a hombre millonario

En 2006, Abraham Shakespeare, quien era conocido por pasar mucho tiempo en la cárcel y no saber leer ni escribir, ganó 30 millones de dólares en la lotería de Florida, captando la atención de las personas, quienes comenzaron a pedirle favores y ayudas monetarias. A todo esto, su amiga Dorice “Dee Dee” Moore, dijo que iba a cuidar de él para que las personas no se le acercaran por su fortuna, pero no fue así.

Con el dinero que obtuvo de su premio, cambió su estilo de vida y se mudó a una zona más acomodada para vivir su nueva vida como millonario. Allí comenzaron los problemas, cuando uno de sus antiguos colegas de su trabajo en distribución de carne, lo denunció, alegando que Shakespeare le había robado el boleto ganador en una de las entregas de carne. El juez cerró el caso en favor de Shakespeare.

Ya en abril del 2009, Abraham desapareció sin dejar ningún rastro, por lo que se comentaron dos teorías: se había cambiado de casa a un lugar remoto o había sido víctima de algún crimen. Nueve meses después, su cuerpo fue encontrado en Plant City, Florida, justamente en el patio de la casa del novio de “Dee Dee”. Su amiga fue declarada culpable de homicidio en primer grado por la muerte de Abraham Shakespeare y sentenciada a cadena perpetua.

Aunque estas historias se repiten en varios lugares de Estados Unidos y el mundo, esta maldición tras los millones de dólares de los juegos de azar seguirá en aumento si los ganadores no saben administrar su dinero, además de ver bien quienes le piden ayuda y quienes se hacen pasar por sus supuestos amigos o familia.