VER RESUMEN

Resumen generado con Inteligencia Artificial y revisado por el autor de este artículo.
Herramienta desarrollada por BioBioChile

Filippo, un bebé prodigio del violín, sorprendió a todos al imitar desde temprana edad el movimiento de un arco de violín con diversos objetos. Hijo del influencer argentino conocido como "El Yeti", el pequeño llamó la atención de Andre Rieu, famoso violinista, quien quedó maravillado con su talento. Tras viralizarse en redes sociales, Filippo recibió una invitación especial para conocer a Rieu en persona y asistir a sus conciertos en América, marcando así su entrada al mundo de la música a sus tres años de edad. A pesar de especulaciones sobre un don especial, el origen de su talento sigue siendo un misterio.

¿Te imaginas un bebé de poco más de un año tocando el violín? Esa es la historia de Filippo, un bebé quien tomó por primera vez un violín a poco más de cumplir un año.

Aunque no lo tocaba como tal, la verdad es que desde que nació este bebé, que ahora es un niño, realizaba un particular movimiento cada vez que tenía en la mano un elemento que podía usar como el arco de un violín.

Se trata del hijo de un influencer argentino conocido como “El Yeti”, primo de Dibu Martínez, el arquero de la selección argentina, que se hizo famoso por dos cosas, pintar con lágrimas y también ser un prodigio de la cocina.

Su cuenta de Instagram, @brutacocina, tiene más de 1.5 millones de seguidores y aquí es donde contó la historia de su pequeño Filippo.

Lo que Yeti nunca imaginó es que el video de su hijo jugando con el “ñaña” llegaría a los ojos de Andre Rieu, uno de los violinistas más famosos del mundo, quien literalmente quedaría sin palabras ante el pequeño bebé prodigio del violín.

Lo que vino después, una gran sorpresa para ellos como familia y para todos los fans de Yeti, que siguen no sólo su cocina, sino que también su arte y el talento de su hijo.

Filippo: el bebé que imitaba el movimiento de un arco de violín

Leandro Granato es Yeti, un famoso influencer argentino que es artista plástico, conocido por la particular técnica de pintar con lágrimas, pero también creador de contenidos a través de Bruta Cocina, su canal donde no solo cocina, sino que también comparte su día a día como padre y pareja.

Yeti, como lo conocen en Argentina, hizo lo que todo padre orgulloso realiza cuando tiene redes sociales y quiere mostrar a su hijo, subió un video de su pequeño con un nuevo logro en su vida.

Resulta que Filippo, su hijo, desde que era un bebé usaba cualquier elemento que tuviera a mano, como una cuchara, un bastón, un cepillo u otras cosas, comos i fuera el arco de un violín.

Tenía poco más de un año, recién caminaba en pañales, pero constantemente hacía este movimiento que no dejaba de llamar la atención de sus padres.

En entrevista con Infobae, Yeti comentó, “cuando nace Fili, mi hijo, notamos que tenía como un tic con la mano. Era bebito todavía, no se paraba, nada. Yo pensaba que le molestaría la mano”.

Eso hasta que un día le preguntó a su pareja si escuchaba aún música clásica, que era lo que ponía en su panza cuando estaba embarazada para que la escuchara su bebé mientras estaba en su vientre.

Su pareja, Miriam, le contó que seguía poniendo música clásica cuando lo amamantaba, para que se relajara.

Eso levantó las alertas de Yeti, quien se preguntó ante el movimiento de la mano de Filippo, ¿No estará haciendo un violín?.

El bebé que tocaba el violín

Sin embargo, esa no fue la única señal que dio Filippo respecto de su gusto por el violín, ya que cuando comenzó a hablar, una de las primeras palabras que dijo es “ña-ña”.

Pero, ¿Qué era ña-ña?, la respuesta era simple. Se refería al sonido que hace el violín cuando suena.

“El ña-ña era el sonido que hace el violín. Íbamos a un restaurante y en vez de ponerle Peppa Pig, le poníamos música clásica. No tenía ni un año”, contó Yeti.

Todo esto hizo que Yeti se decidiera un cuando su hijo tenía un año y tres meses le compró un violín. Era el violín más barato y pequeño que encontró, pero no era uno de juguete.

“Ese día lo grabamos para un recuerdo familiar, le doy el violín, lo abre y dice: “¡Un ña-ña!”. Le ponemos música clásica, se para y hace como que toca”, contó.

Como todo padre orgulloso le mostró el video a sus amigos y cuando se lo mostró a uno que es músico quedó sin palabras “¡Lo que hace tu hijo lleva años! Compartilo en Internet y vas a ver los comentarios”.

Aunque se rehusó a mostrar a su hijo por redes sociales, ante el comentario de su amigo se decidió publicar el video en redes sociales pensando que si pasaba algo, lo bajaría.

Tal fue su sorpresa cuando el video se viralizó tanto hasta que llegó a los ojos de un famoso violinista.

El día que el bebé Filippo, conoció al genio del violin, André Rieu

André Rieu, uno de los violinistas más famosos del mundo, conoció a Filippo, el bebé que toca el violín a través de un video que le mostraron al salir de una presentación.

Una persona se acerca a él para mostrarle el video, el que comienza a ver y le causa mucha ternura, hasta el momento en que ve la posición de Filippo al tomar el arco y el violín.

Literalmente lo dejó sin aire y de inmediato dice “Mira cómo lo toma, es perfecto.. ¡Mi Dios! Wow” haciendo el gesto que Filippo realiza al tomar el arco.

@andrerieu ¡Espero conocerte en nuestra gira por América, Filippo! @BRUTA COCINA ♬ origineel geluid – André Rieu

“Filippo, me gustaría invitarte a mis conciertos en América, dile a tus padres que te traigan y te daré una clase personalizada”, le dice mirando a la cámara.

Yeti no lo podía creer, pero efectivamente les llegó la invitación a Nueva York, hasta donde viajaron con su pequeño, que se vistió de gala para conocer al famoso Andre Rieu.

Estuvieron en la Cumbre de las Américas con presidentes del continente, por lo que Filippo se sacó fotos con todos los presidentes y conoció a André.

Y así, Filippo ingresó de lleno al mundo del violín, un instrumento que aún practica, a sus 3 años, claro que sin tanta exposición de sus padres que lo protegen.

Ahora, de dónde viene su don, nadie lo sabe, aunque Yeti declaró que hasta videntes le escribieron para decirle que traía un don de la vida pasada, sin embargo, nadie puede probarlo.