El olor a bebé tiene toda una ciencia detrás. Diversos estudios han explicado por qué la fragancia de un recién nacido despierta gusto/placer en ciertas personas (mujeres, específicamente). Conoce al respecto en la siguiente nota.

Quizás no te has dado cuenta, no te relacionas con pequeños o, simplemente, no te gustan los lactantes. Sin embargo, hay algo indudable: los recién nacidos tienen un olor único y llamativo, el cual le agrada a muchas personas. ¿Qué es, en específico, lo que hace que nos guste el “olor a bebé”?

Resulta que los pequeños expelen una sustancia química particular, la que es liberada, también, por otros mamíferos del reino animal como método de supervivencia, explica un estudio sobre el tema.

En dicha investigación, los científicos detectaron que tal sustancia química volátil, denominada hexadecanal (HEX), puede desencadenar o bloquear eficazmente la agresión en la misma especie. Hay que tener en cuenta que en el reino animal, los mamíferos machos suelen enfocar su agresividad hacia la descendencia, mientras que las hembras la aplican en la protección del bebé.

¿Qué hay detrás del “olor a bebé”?

El suave olor presente en nuestros recién nacidos, particularmente en su cuero cabelludo, vendría a ser una respuesta a la evolución. En el estudio mencionado, en el caso de los humanos, se descubrió, específicamente, que olfatear HEX bloqueaba la agresión en los hombres y desencadenaba la agresión en mujeres (ligada a la protección).

Este mecanismo de defensa de los más débiles y vulnerables es una forma de autoprotegerse. Noam Sobel, uno de los autores de la investigación, detalla que “debido a que los bebés no pueden comunicarse verbalmente con sus madres, tienen la posibilidad de comunicarse con productos químicos”.

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Otra investigación nos ayuda a entender el por qué dicho aroma nos parece tan agradable. Y es que olfatear a un recién nacido (mejor dicho, los volátiles que expelen) genera una respuesta química cerebral importante.

Una forma de comunicación y vinculación

En dicho análisis, 30 mujeres (15 recientes madres y 15 mujeres sin hijos) fueron sometidas al olor corporal de bebés recién nacidos desconocidos. En el estudio, se demostró una actividad dependiente del estado maternal en el tálamo cuando se exponía al olor corporal de un recién nacido.

Los datos sugirieron que los olores corporales de recién nacidos activaron áreas cerebrales relacionadas con la recompensa en mujeres, independientemente de su estado maternal. Estos datos tentativos sugieren que ciertos olores corporales podrían actuar como catalizadores para los mecanismos de vinculación.

En conclusión, al sentir el “olor a bebé”, “el cerebro reacciona de la misma forma en que lo haría tras recibir un estímulo placentero, provocando así una sensación de bienestar y agrado, siendo una arma evolutivo para que queramos cuidar y proteger a ese ser que nos hace sentir bien”, complementa Univision.