Los colores son tanto un fenómeno físico como una experiencia perceptiva humana. Dentro de ellos, hay ciertos tonos como el rosado que, en concreto, no existen realmente, pero sí en nuestra percepción.

¿Sabías que el color rosado, en realidad, no existe? Para explicar el por qué, antes es necesario recordar que los colores que percibimos son el resultado de las ondas electromagnéticas que conforman la luz visible.

Cuando la luz blanca del sol -que es una mezcla de todos los colores- se descompone (como en un arcoíris), revela el espectro de colores que todos conocemos.

Siguiendo la misma línea, los objetos presentes en la cotidianidad reflejan ciertas longitudes de onda, las que nuestros ojos captan y el cerebro interpreta como colores.

El color rosado no existe realmente

Dentro del espectro visible, que ocupa solo una pequeña franja de frecuencias, no se encuentra el rosado. Este color es, en realidad, una percepción visual que resulta de la combinación del rojo y el violeta o el azul puro.

De tal forma, los objetos rosados no reflejan fotones de longitud de onda rosa, sino una mezcla que el cerebro humano interpreta como tal. Aunque el rosa no es un color del espectro electromagnético, es indudablemente real en nuestra percepción.

Por ende, decir que el rosa no existe sería como negar la existencia del negro o el blanco, que también son percepciones creadas por la combinación de colores. El color es tanto un fenómeno físico como una experiencia perceptiva humana.