El pequeño llegó a saturar 72% y se utilizó un sistema de Ventilación de Alta Frecuencia Oscilatoria. Se recuperó de sincicial y neumonía.

En Punta Arenas se dio a conocer el caso de un niño que fue bautizado como ‘Rodrigo Milagro’. El pequeño fue diagnosticado con neumonía y sincicial al mismo tiempo, logrando recuperarse.

Para obtener este resultado, profesionales debieron utilizar el sistema de Ventilación de Alta Frecuencia Oscilatoria (VAFO), en el Hospital Clínico de Magallanes.

En entrevista con LUN su madre, Angélica Gómez, indicó que fueron varias las señales que la alertaron a ella, y su esposo, respecto al mal estado de salud del menor de edad.

“Veía que le sonaba mucho el pecho y estaba muy tranquilo. Él no es así, estaba muy tranquilo”, indicó.

En primera instancia, un médico le recetó paracetamol y que viera de inmediato a un kinesiólogo. El segundo profesional les indicó que debían llevarlo a urgencias.

El niño fue hospitalizado en el servicio de pediatría el 23 de mayo, tras ser diagnosticado con neumonía y sincicial. Trataron de estabilizarlo a través de una cánula nasal y, posteriormente, con ventilador no invasivo. Ninguno dio resultados.

Niño recuperado de neumonía y sincicial

Fue ingresado en la UCI, donde fue intubado. Esto tampoco entregó resultados esperanzadores, ya que su saturación era apenas del 72%. Fue tras ello que determinaron conectarlo a un sistema de Ventilación de Alta Frecuencia Oscilatoria.

“Decidieron conectarlo a otro ventilador, un VAFO, que es como lo más potente que hay. Es lo último que hay. Después de eso no hay más”, expuso su madre.

Luego de dos días el niño comenzó a reaccionar, por lo que fue conectado a un ventilador convencional. Días después pudo respirar por sus propios medios.

De acuerdo a la Sociedad Chilena de Neomología Pedriática, sistemas como VAFO son utilizados en niños con dificultades críticas de respiracuión

“La VAFO permite el intercambio gaseoso usando pequeños volúmenes corrientes (VT) 1-2 ml /kg y frecuencias respiratorias supra fisiológicas, con la consiguiente disminución del riesgo de atelectrauma, manteniendo el “pulmón abierto” y en la zona de seguridad de la curva presión-volumen”, indican.

“Su uso en pediatría oscila entre el 3 y el 30% de los pacientes ventilados, la mayoría de las veces como terapia de rescate frente a la falla de la ventilación convencional”, agregan.