El adverbio "sólo" no está solo, ya que "éste", "ése" y "aquél" podrán volver a acentuarse cuando, "a juicio del que escribe", pueda existir ambigüedad en la interpretación, aunque sigue recomendando las formas sin tilde.

La Real Academia Española de la Lengua (RAE) aprobó en su pleno esta semana admitir que el adverbio
“sólo” así como los pronombres demostrativos “éste”, “ése” o “aquél” vuelvan a escribirse con tilde.

Eso sí, explicaron que esto aplicaría cuando “a juicio del que escribe”, pueda existir ambigüedad en la interpretación, al poderse confundir al primero con el adjetivo homónimo y a los otros con los correspondientes artículos demostrativos, consignó DW.

La Academia, sin embargo, afirma que no ha variado su doctrina, sino que lo que se ha aprobado es únicamente “una nueva redacción que se publicará en el Diccionario Panhispánico de Dudas, que no modifica la norma, sino que la hace más clara”.

Una doctrina y una norma que se mantiene desde la última actualización de su Ortografía, publicada en 2010.

Lee también...

Entonces quitó el acento gráfico a estas palabras por considerar que no cumplían para el uso de la tilde diacrítica el requisito de que se opusieran “palabras tónicas o acentuadas a palabras átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que tanto solo [aquí sin tilde, claro] como los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones”.

RAE dice que “sólo” puede tildarse únicamente si hay riesgo de ambigüedad

Aunque la RAE todavía no ha vuelto a incluir “sólo” en su diccionario en línea, contestó ya a la pregunta “¿se puede escribir «solo» con tilde?”, en su sección de dudas rápidas.

“Cuando solo funciona como adjetivo, no se tilda; cuando funciona como adverbio, puede tildarse únicamente si hay riesgo de ambigüedad, pero se recomienda no tildarlo ni siquiera en esos casos y resolver la ambigüedad de otra manera”, indicó.

No obstante, la tibia aceptación de la RAE fue celebrada en redes sociales por usuarios comunes y escritores.

La Real Academia, que vela por la correcta ortografía del idioma español desde el siglo XVIII, abrió con la supresión de la tilde en «sólo», «éste», «ése» y «aquél» un intenso debate que ha durado trece años. En este participaron escritores como Pérez-Reverte o el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, casi todos a favor de retomar la tilde en esas palabras.

La nueva redacción del texto pretende dejar zanjada la cuestión con una decisión en la que todos ganan.