Joy Braziel es una mujer de 54 años que vive en Nuevo México, Estados Unidos. Está casada y lleva una vida relativamente normal. Sin embargo, un descuido físico llevó a esta mujer a sufrir una pesadilla en el hospital.

Un día sintió que en la zona de su ingle, tenía algo que parecía un vello púbico encarnado. Como era algo común, no le prestó mayor atención, por lo que intentó retirarlo pero prefirió no intervenirlo.

Con el paso del tiempo, Joy comenzó a sufrir diversos malestares. Sentía un gran cansancio, dolor en su cuerpo y fiebre muy alta, por lo que pensó que podía tratarse de coronavirus, así que rápidamente se dirigió al hospital local pero dio negativo a las dos pruebas que le realizaron, según relató la misma mujer a Insider.

Como no encontraron nada grave, el personal médico que la atendió la envió de regreso a su casa, pero sus dolores se volvieron más intensos. “Nunca antes había sentido un dolor como este, y tengo migrañas crónicas, me atropelló un automóvil y di a luz a un niño sin drogas”, dijo al medio antes citado.

Luego de visitar a su médico de cabecera, este la envío a urgencias de inmediato, donde le diagnosticaron una infección carnívora llamada gangrena de fournier, la cual afecta los órganos genitales. En modo de broma, Joy llamó a este afección “la entrepierna gigante que explota”.

Joy Braziel y su esposo – Insider

Según explica el sitio de Cínica Mayo, la gangrena de fournir es un tipo de fascitis necrotizante, una bacteria que destruye el tejido bajo la piel, afectando principalmente a las personas que tienen un sistema inmunológico débil.

Para poder mejorar su condición de salud, la mujer debió someterse a una cirugía que duró alrededor de seis horas para poder extirpar el tejido dañado, de acuerdo a información que recoge Insider. Al despertar de su intervención, Joy vio que tenía una herida “de 20 centímetros de largo y 15 centímetros de profundidad en la ingle”.

Desde ahí los días se convirtieron en una tortura para Joy. El personal médico se demoraba alrededor de dos horas en limpiarle y cambiarle apropiadamente el vendaje de su incisión, y en palabras de ella, “sólo quería acurrucarse y morir”.

La pesadilla no terminó ahí

No obstante, luego de varios días de recuperación, Joy Braziel volvió a su hogar, aunque por poco tiempo. Los apósitos y cinta médica con la cual le curaban la herida de la infección, comenzó a ocasionarle una especie de alergia, por lo que debió volver al hospital para tratarse dicha reacción.

Esta alergia le ocasionó una “infección por celulitis”, una patología común que ocurre cuando una bacteria específica ingresa por la piel, que de no tratarse correctamente puede llegar a ser mortal, explica Clínica Mayo.

Pese a todo lo que la mujer debió a travesar por un vello encarnado, respondió favorablemente a los tratamientos y pudo regresar a su casa para terminar la recuperación. “Luego de cinco semanas pude volver a tomar un baño y, pese a que los dolores continúan, intento mantenerme positiva ante la situación”, concluyó Joy Braziel.