Si tu gato te evita, es distante y se comporta como si no le interesaras (probablemente sea normal, ya los conocemos), la ciencia entrega una forma de generar un vínculo más estrecho con la mascota.

¿Cómo? Simple: entrecerrando los ojos con un parpadeo lento. Un estudio realizado por psicólogos de las Universidades de Portsmouth y Sussex, en Inglaterra, determinaron que esa acción, conocida como la “sonrisa de gato”, es la mejor forma de obtener la confianza del felino.

Según concluyeron en la investigación, que fue publicada en la revista Nature Scientific Reports, esto haría que los humanos sean más atractivos para el animal debido a que se asimila a una sonrisa genuina (conocida en el mundo de la academia como sonrisa de Duchenne).

Los resultados llegan luego de realizar dos experimentos dirigidos por las especialistas Dra. Tasmin Humphrey y la profesora Karen McComb.

El primero de ellos encontró que los gatos son más propensos a realizar un parpadeo lento a sus dueños, cuando éstos previamente ya lo habían hecho.

El segundo, que no involucró a los dueños, reveló que el animal es capaz de tomar más confianza y acercarse a una mano extendida cuando previamente le han parpadeado lento.

El estudio lo resume así:

“1. Los gatos eran más propensos a parpadear lentamente a sus dueños si sus dueños los habían parpadeado lentamente, en comparación con cuando el dueño estaba presente en la habitación pero no emitía un estímulo de parpadeo lento.

2. Los gatos eran más propensos a parpadear lentamente cuando un experimentador desconocido los miraba, en comparación con cuando habían mantenido una expresión neutra.

3. Los gatos preferían acercarse a un experimentador después de haber parpadeado lentamente hacia el gato, antes que éstos si hubieran mantenido una expresión neutra”.

“Es genial poder demostrar que los gatos y los humanos pueden comunicarse De este modo. Es algo que muchos dueños de gatos ya habían sospechado, por lo que es emocionante haber encontrado evidencia de ello”, dijo en un comunicado McComb, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sussex.

Agregó que “es algo que puedes probar tú mismo con tu propio gato en casa, o con gatos que encuentres en la calle. Es una excelente manera de mejorar el vínculo que tienes con los gatos”. Aconsejó, además, “entrecerrar los ojos hacia ellos como lo haría con una sonrisa relajada, seguido de cerrar los ojos durante un par de segundos. Verás que ellos responden de la misma manera y puedes iniciar una especie de conversación”.

“Nuestros hallazgos podrían potencialmente usarse para evaluar el bienestar de los gatos en una variedad de entornos, incluidas las prácticas veterinarias y los refugios”, detalló Humphrey.

Explicó que “se podría argumentar que los gatos desarrollaron comportamientos de parpadeo lento porque los humanos percibieron el parpadeo lento como algo positivo. Los gatos pueden haber aprendido que a los humanos los recompensan por responder al parpadeo lento”.

“También es posible que el parpadeo lento en los gatos comenzó como una forma de interrumpir una mirada ininterrumpida, que es potencialmente amenazante en la interacción social”, cerró.