Científicos dieron a conocer un complejo caso médico ocurrido en Estados Unidos en 2015. En ese tiempo Michael (nombre ficticio del afectado) fue arañado por un gato y comenzó a desarrollar una condición que lo llenó de alucinaciones, arrebatos violentos y enfermó de esquizofrenia. Cuatro años más tarde, se supo que todo fue originado por la acción de una bacteria.
El estudio fue desarrollado por la Revista de Enfermedades del Sistema Nervioso Central de la Universidad de Carolina del Norte (EEU), la cual reveló que el niño fue contagiado por una infección desde el felino.
Debido a esto, la familia tuvo que internar a su hijo cuatro veces en 18 meses, aunque lo peor fue cuando empezó a desarrollar ataques para asesinar a su familia y un miedo irracional a los animales.
Los investigadores basaron su estudio en una pista que dio el propio cuerpo de Michael, ya que comenzó a desarrollar estrías en piernas y brazos, sin antes de subir de peso.
Esa situación, sumado a los delirios que sufrió anteriormente, permitió a los médicos realizar exámenes de sangre y determinar que había sido afectado por la bacteria llamada Bartonella henselae.
De acuerdo al sitio Gizmodo, esta condición es conocida en el mundo como la “enfermedad del arañazo de gato”, debido a que los microorganismos provienen de las uñas de los mininos.
De acuerdo al citado medio, los síntomas más comunes de la presencia de esta bacteria en el organismo son fiebre, ganglios linfáticos inflamados y fatiga; no obstante, estos se pueden agravar de acuerdo a la defensas que tenga la persona.
En el caso de Michael, se estima que éste afectó también a su sistema nervioso, lo que hizo que desarrollara alucinaciones y no pudiera controlar sus impulsos.
Debido a esto, el niño tuvo que someterse a quimioterapia antimicrobiana, lo que permitió que recuperara sus capacidades y pudiera realizar una vida normal.
De acuerdo al estudi,o antes de contraer el parásito, Michael era un niño con un nivel intelectual superior y sin dificultades para socializar.
