Se anticipa un segundo semestre con temperaturas más bajas y posible sequía, especialmente en la zona central. Eso sí, este otoño e invierno podría ser más lluvioso de lo normal.

Durante los próximos meses, se espera que el fenómeno de El Niño remita, el cual dará paso a La Niña. Sin embargo, científicos apuntan a que será una variante diferente la que además podría llegar a las costas de nuestro país. Se le conoce como La Niña costera. ¿Qué significa?

La Niña costera

Se le conoce como La Niña costera, al fenómeno climático que ocurre cuando se da un enfriamiento anómalo en el Océano Pacífico ecuatorial, cerca de la costa sudamericana. Como contexto, tradicionalmente el conocido fenómeno de La Niña global se desarrolla en el Océano Pacífico central y sus efectos suelen impactar el clima a nivel global.

Dado que el Pacífico ecuatorial es tan grande, dos de la zonas más relevantes para Chile son la zona 3.4 y la zona 1+2. “La temperatura en la primera configura El Niño o La Niña global, mientras que la temperatura en la segunda determina El Niño o La Niña costera. La temperatura en ambas zonas se encuentra correlacionada, es decir, cuando hay una Niña global, en general, también hay una Niña costera”, explicó Raúl Cordero, climatólogo de la USACH a La Tercera. Sin embargo, a veces puede ocurrir primero la Niña global y después la Niña costera.

La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (Noaa) estima que durante la segunda mitad de este año se podrían empezar a observar los efectos de La Niña.

Recapitulando, en este momento Chile se encuentra en una fase de transición en la que El Niño está desapareciendo y se espera a La Niña a partir de la segunda mitad del 2024, con una posible presencia de La Niña costera.

Consecuencias climatológicas en el país

Las sequías en la zona central de Chile se atribuyen generalmente al fenómeno de La Niña.

Si este año vuelve o no la sequía en la zona central, dependerá de qué tan rápido se desarrolla La Niña, sostiene el climatólogo, quien aseguró que Chile “no es invulnerable a los estragos asociados a una sequía”.

Según explica, las sequías más extremas del último siglo fueron en 1924, 1968, 1998 y 2019, las que coincidieron con eventos de La Niña (En el caso de 2019 fue la zona 1+2, es decir, La Niña costera).

Junto con la posible sequía, en el contexto de la eventual llegada de La Niña costera, se especula sobre un verano 2025 más frío, o con temperaturas menos extremas. Eso sí, primero se anticipa un invierno 2024 bastante lluvioso, debido al término del fenómeno de El Niño.

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Estas precipitaciones “podrían superar incluso los niveles de normalidad anuales que rodean los 365 milímetros en promedio, de los cuales los meses de mayo, junio, julio y agosto son los responsables de aportar la mayor cantidad”, explicó el meteorólogo de la Fundación Huinay PUCV-Enel, Miguel Fernández, a LT.

Una vez que finalice el invierno, ya entrando en la primavera hacia el segundo semestre, comenzaría un periodo más seco y con temperaturas más bajas en comparación con otros años. “Podríamos esperar una condición de lluvias por debajo de lo normal. Junto con ello, se esperan periodos de heladas hacia la época de primavera debido a la baja en las temperaturas”, puntualizó el meteorólogo al citado medio.