La semana pasada el ministro de salud Enrique Paris anunció que se implementará una dosis de refuerzo de la vacuna del coronavirus, la cual será destinada a ciertos grupos priorizando a personas de riesgo.

Según agregó el representante de la cartera en esa oportunidad, esto es debido a que hay personas que “por razones fisiológicas o de enfermedad, comienzan a mostrar una caída en su respuesta inmunitaria y esas personas van a ser las primeras que van a recibir esta dosis que hemos llamado de refuerzo”.

En cuanto a las vacunas que serán utilizadas en este tercera inoculación, el ministro sostuvo que “yo creo que todas las vacunas que tenemos actualmente en Chile, respetando las edades y las indicaciones que tiene cada vacuna, van a ser útiles para la dosis de refuerzo”.

De acuerdo al Instituto de Salud Pública (ISP), las personas que recibirán esta tercera dosis serán las personas mayores de 55 años, quienes serán inoculados con AstraZeneca, según detalló la subsecretaria de salud, Paula Daza. Cabe señalar que este proceso comenzará el 11 de agosto en nuestro país, con ciudadanos de 86 años o más.

¿Por qué necesitamos una dosis de refuerzo?

Como mencionó el ministro Paris, algunas personas presentan una caída de los anticuerpos para combatir los graves efectos del coronavirus, razón por la cual se reforzaría el sistema inmunológico.

La aplicación de las vacunas se ha hecho de dos dosis en la mayoría de los países, a diferencia de lo que ocurre con CanSino y Johnson&Johson, debido a que este esquema permite que la primera inoculación comience a generar protección y otra para alcanzar el máximo nivel de inmunidad, según explica el portal Redacción Médica.

El médico Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) en Estados Unidos, señaló a CNN en Español que “puede ser que para obtener el tipo de inmunidad realmente buena contra el COVID-19 que obtenemos con algunas otras vacunas, puede ser necesaria una serie de tres vacunas, de la misma manera que para la Hepatitis B en los adultos y varias series primarias de vacunas infantiles es necesario vacunarse a los 0, y 1 o 0, 2 y 4 o 0, 2 y 6 meses”.

Además sostuvo que esta dosis de refuerzo, podría ser aplicable en dos casos: para ayudar a las personas a reforzar su respuesta inmune y la otra que permita mantener controlada la circulación del virus.

Si bien esta tercera dosis ha generado opiniones diferentes entre algunos médicos, la mayoría de la comunidad científica sostiene que es una buena idea su aplicación.

En cuanto al tiempo que debería ser inoculada cada persona, los especialistas concluyen que podría aplicarse de cada un año, algo similar a lo que ocurre con la vacuna contra la influenza, para así reforzar año a año el virus, aunque es un tema que aún está en discusiones.