Hoy, alrededor de 23.000 personas tienen diabetes tipo 1 en Chile. De ellos, cerca de 4.500 son niños, quienes necesitan someterse a múltiples pinchazos diarios para medir sus niveles de glucosa y controlar su condición para evitar complicaciones.

Se trata de una patología que es crónica y que produce “un alto nivel de azúcar (glucosa) en la sangre”, según el sitio especializado Medline Plus. Añaden que “puede ocurrir a cualquier edad. Se diagnostica con mayor frecuencia en niños, adolescentes o adultos jóvenes”.

Existe tecnología disponible que cambia la forma de controlar la diabetes y, lo más importante, mejora la calidad de vida a través del uso de un sensor, que es un pequeño dispositivo que se adhiere a la piel y registra los niveles de glucosa intersticial de forma continua.

Con él, se puede leer la información escaneando el sensor cuando sea necesario, mediante un lector o teléfono móvil. Esta información se almacena en una nube y puede ser consultada remotamente por los equipos médicos tratantes.

“Este dispositivo libera a los niños del dolor de los frecuentes pinchazos en el dedo, no los elimina, pero los disminuye muchísimo, lo que facilita su control y nos da tranquilidad a los padres. Sobre todo, cuando están en el colegio o en la noche, porque sin el sensor debemos despertarlos para pincharlos y ver cómo están sus niveles para así evitar descompensaciones”, señaló Isabel Zamorano, mamá de Luciano, un pequeño de 10 años con diabetes.

Aunque el automonitoreo de la glucosa es clave para el tratamiento de las personas que viven con esta condición, sólo 4 de cada 10 pacientes se miden con la frecuencia recomendada, debido al dolor y a la incomodidad que el pinchazo les genera.

CP

“Por esta razón es que nos hemos reunido para solicitar al Estado que este dispositivo sea integrado a los códigos de arancel de Fonasa, para aminorar el costo que conlleva esta condición y por sobre todo para que mi hijo tenga una mejor calidad de vida. De tener que pincharse unas 12 veces al día, podría bajar a 2 o 3, mejorando además considerablemente su tratamiento”, afirma Catalina Godoy, mamá de León de 3 años.

La diabetes tipo 1 es una condición autoinmune que ataca la capacidad de una persona para producir insulina. “Los niños y jóvenes con esta afección deben controlar sus niveles de glucosa día y noche durante toda la vida, lo que no sólo los afecta en su día a día a ellos, sino también a toda la familia, tanto emocional como económicamente”, afirmó Angelita García, mamá de Agustín de 7 años.

“La tecnología ya está preparada para ser utilizada y posee muchos estudios que respaldan su efectividad en mejorar de forma considerable el control metabólico y la calidad de vida de las personas con diabetes, disminuyendo las hipoglicemias e hiperglicemias y por ende hospitalizaciones, y además, puede ayudar a disminuir los riesgos de posibles complicaciones posteriores en la edad adulta, como enfermedades al riñón, corazón o ceguera, entre otras. Sólo falta poder tener acceso a ella.”, dijo, por su parte, Pía Zaldívar, mamá de María de 7 años.

Actualmente la diabetes está incluida en las patologías de Garantía Explícita de Salud (GES), por lo que tiene cobertura para la sospecha, diagnóstico y tratamiento. Sin embargo, aunque las guías clínicas del GES, validadas y publicadas por el Ministerio de Salud, hacen mención del uso de la tecnología de sensores, aún no están incorporadas en las prestaciones.