Estar solo no es lo mismo que sentirse solo, así lo demuestran varios estudios que reflexionan sobre este tema y la salud mental.

Sentirse solo está asociado directamente a estar solo, o no compartir con otras personas, sin embargo, esto no necesariamente está directamente relacionado.

De hecho, mientras estar solo puede ser un momento placentero, sentirse solo puede ser literalmente una pesadilla para algunas personas.

Inés Monjas Casares, doctora en Psicología y profesora honorífica en el Departamento de Psicología en la Facultad de Educación y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid, en su artículo de 2022, “No es lo mismo estar solo que sentirse solo”, publicado por The Conversation, abordó este tema y lo difícil que es sentirse solo.

Estar solo y sentirse solo

Según señala, la felicidad de una persona se determina por la calidad de sus relaciones interpersonales y los vínculos afectivos, ya que como seres sociales necesitamos un círculo social que nos aporte intimidad, protección, compañía, pertenencia y afecto.

De hecho, en su subtítulo, “Estar solo puede ser un placer, sentirse solo es un infierno”, enfatiza en que estar solo, sin compañía, es una soledad física objetivable, ya que cuando es por voluntad propia, muchas veces pude significar un tiempo de introspección y conexión con los propios pensamiento.

“Estar solo, sin sentirse solo, es un placer. Por eso se habla de “soledad deseada” y “disfrutada”, señala la profesora de Psicología.

Ahora, sentirse solo es diferente, ya que es más una percepción personal que se asocia a pensamientos o sentimientos negativos o desagradables, por lo que se etiqueta como “no deseada”.

“En este sentido, la soledad es una experiencia subjetiva dolorosa derivada de la carencia, deficiencia, inadecuación o insatisfacción de las relaciones interpersonales, especialmente de las más significativas e íntimas”, añade Inés.

Sentirse solo en una sociedad donde no puedes estar solo

Es difícil pensar que en una sociedad postmoderna, donde todo el mundo está conectado de alguna u otra forma con una o varias personas, alguien se sienta solo.

La misma profesional explica en el artículo que un alto porcentaje de jóvenes y adolescentes, que son nativos digitales, se sienten aislados, pese a que tienen una vida hiperconectada.

“Tener amigos virtuales o recibir likes puede no ayudar a profundizar en la relación ni a construir vínculos gratificantes y, en consecuencia, no atenúa el sentirse solo”, explica.

The Wall Street Journal también abordó el tema y señaló que según el nuevo estudio “Soledad y tiempo a solas en la vida cotidiana: Un estudio descriptivo-exploratorio del aislamiento social subjetivo y objetivo”, el tiempo que las personas pasan solas apenas influye en lo solo que se sienten.

De hecho, de los 426 participantes de entre 24 y 90 años, las personas que pasaban el 75% de sus horas del día solas, dijeron sentirse mucho más solas que las demás, pero aquellas que apenas pasan el 25% del día sin compañía, manifestaron sentirme aún más solos que aquellos que están entre el 25% y 75%.

Las personas mayores de 40 más solos se sienten en sus tiempos de soledad, en comparación a los más jóvenes, esto porque se centran más en las interacciones sociales significativas, dijo Matthias Mehl, profesor de psicología de la Universidad de Arizona y uno de los autores del mencionado estudio.

“El grado de soledad que experimenta una persona está influido por la cantidad de interacciones sociales que tiene y por la cantidad de interacciones sociales que siente que necesita“, explicó Mehl, según el medio, quien agregó que “Más allá de eso, un determinante importante de los sentimientos de soledad es el significado percibido que una persona obtiene de las interacciones sociales que tiene”.