Es normal preocuparte por alguna situación. El problema comienza cuando esa conducta se convierte en una obsesión que podría deteriorar tu la calidad de vida y tu nivel de funcionamiento diario.

“Los psicólogos clínicos ven a las obsesiones como fijaciones con un objeto, persona o actividad, y son anormales porque deterioran nuestra capacidad de amar y trabajar”, explica el doctor en Psicología Tomas Chamorro-Premuzic, en una columna del sitio especializado Psychology Today.

Con respecto a la connotación no clínica de las “obsesiones”, se describen como un enfoque desproporcionado o inusual por algo. Por ejemplo, la jardinería, el ejercicio, las redes sociales, o una pareja. “Simplemente significa que prestan más atención que la mayoría de las personas a algo”, añade.

Sin embargo, el problema radica en que las obsesiones no aparecen de un día para otro. “Al principio son imperceptibles, luego van creciendo, pero no te parecen tan graves. Después reconoces que tienes una obsesión e intentas arreglarla tú solo hasta que empiezas a tener problemas en el trabajo, la familia, los amigos…”, advierte el psicólogo clínico Enrique García Huete, al diario electrónico El País.

Obsesiones más comunes

Según detalla el sitio especializado Psicología y Mente, una de las obsesiones más comunes, está relacionada con las ideas de contaminación. Es decir, sentir un miedo exagerado a la suciedad, a los gérmenes, a contagiarse o a contraer una enfermedad.

“En consulta se ve que han vuelto a sus obsesiones hasta el punto de lavarse las manos durante 10 minutos, dañándose la piel”, asegura García Huete.

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Otra de las obsesiones más frecuentes, es la necesidad de comprobación y se manifiesta en revisar constantemente que no exista un error que haga sentir responsable a la persona. “Por ejemplo provocar un incendio por olvidarse de apagar la estufa o no cerrar con llave al salir de casa”, detallan.

La necesidad de orden o simetría es otro caso, y se trata de ordenar las cosas “perfectamente” y realizar ciertas actividades de forma exacta, como estacionar correctamente el auto u ordenar la ropa meticulosamente.

De acuerdo al especialista, es primordial reconocer el grado de intensidad de la obsesión para logar frenarla antes de que se vuelva dañina. De lo contrario, podría provoca grandes problemas en tu vida cotidiana. Puedes dejarlas fluir con técnicas de relajación, control del pensamiento y con la exposición al miedo que la provoca.

No obstante, en un grado más extremo, “tu vida podría dejar de ser vida” por es obsesión, advierte el psicólogo. Desde su experiencia, un persona asiste a un profesional después de siete años aproximadamente, “cuando ya se está desesperado y no se sabe qué más hacer”.

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Las personalidades más vulnerables a una obsesión

De acuerdo al manual de referencia de diagnóstico y estadística de los trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), “la mayoría de las personas obsesivas son muy emocionales, intensas, con dificultad para controlar sus impulsos. Eso tiene una base biológica, es decir, los genes predisponen”.

Asimismo, las personalidades muy autoexigentes, perfeccionistas, inflexibles y demasiado ordenadas, también son más vulnerables a este tipo de obsesiones. “Casi un 25% de ellas termina desarrollando un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)”, precisa García Huete.

Del mismo modo, les lleva más tiempo realizar determinadas tareas, porque hasta que no estén perfectas, no las dan por terminadas. A largo plazo, eso los introduce en un bucle de obsesiones.

“Si acabas un trabajo, lo entregas y tu jefe te dice que está correcto, lo normal es cerrar y seguir con otro asunto, ¿no? Si al día siguiente quieres incluir un dato nuevo a tu trabajo inicial, que no hace falta, está bien, pero si sigues así todos los días seguramente no terminarás nunca. Estas personalidades perfeccionistas exigen a los demás, se enfadan y transforman su obsesión en un estilo de vida”, afirma el experto.

Finalmente, el especialista detalla que si una obsesión crece de manera exagerada, de modo que no la puedes controlar, es hora de acudir a un especialista. “Te levantas por la noche porque no te deja dormir y le estás dedicando demasiado tiempo, es que estás pasando esa frontera hacia una obsesión más seria”, concluye.