La modelo Khloé Kardashian reveló que tras padecer coronavirus el año pasado, sufrió una extraña pérdida de cabello el cual ha tenido que recuperar con diversas vitaminas y colágeno.

Según contó ella misma a través de Twitter, dijo que había perdido gran parte de su pelo como posible efecto secundario del virus. Además, agregó que cuando estuvo infectada, tuvo casi todos los síntomas, a excepción de la pérdida del gusto y el olfato.

“Mi cabello realmente se cayó por el coronavirus. Tomar colágeno en polvo me ha ayudado muchísimo” a estimular el crecimiento del cabello, además tomo muchas vitaminas al día. Pero tenía todos los demás síntomas, como cualquier otra cosa que puedas imaginar”, dijo la modelo.

Caída del cabello y covid-19

El caso de la estrella de televisión no es el único registrado como efecto secundario tras una infección por covid-19. “Hemos visto que desde la aparición del Covid-19 han aumentado progresivamente las causas por caída de cabello, lo que se debe a múltiples factores, como la presencia de estrés fuera de lo habitual”, dice el doctor Jorge Larrondo, dermatólogo de Clínica Alemana.

Luego de la recuperación de esta enfermedad ya hay muchas personas que han consultado porque tienen una inusual pérdida de pelo. “Hemos visto que existe, a los tres meses, una gran caída del cabello, que nosotros agrupamos dentro de un diagnóstico que se llama efluvio telógeno”, puntualiza el profesional.

Esto, ocurre cuando “muchos de nuestros pelos, que están normalmente en etapa de crecimiento, pasan en un gran porcentaje hacia la etapa de caída. Esto se ve después de situaciones de estrés muy intensas, fuera de lo común, como grandes cirugías, enfermedades infecciosas, inflamatorias o patologías que cursan con fiebre muy alta”, agrega el dermatólogo.

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Además, indica que existe una caída normal del cabello, la cual considera de 100 a 150 pelos por día, pero con esta patología esa cifra sube de 400 y 500 o incluso más.

No obstante, el profesional explica de que se trata de una afección temporal que no debiera extenderse por más de tres a seis meses y para un óptimo diagnóstico, “puede ser necesario un estudio del cuero cabelludo y del cabello, además de exámenes de sangre que descarten condiciones asociadas”.

Como tratamiento, lo primero es determinar la causa del estrés y tratarlo con terapia psicológica, o bien, algún tipo de fármaco “que ayuden a aumentar la densidad y grosor del cabello, detener la caída y estimular el crecimiento”.