La fibromialgia es un síndrome de dolor crónico poco comprendido, que según datos de la Corporación de Fibromialgia de Chile afecta a cerca de un 2% de la población nacional, que muchas veces se confunde con cuadros de tensión o cansancio generalizado.

Se caracteriza por dolor músculo esquelético generalizado, sueño poco reparador, fatiga crónica, depresión, estrés difícil de controlar y puntos dolorosos específicos, todo esto en el contexto de la ausencia de patología orgánica aparente, que afecta fundamentalmente a mujeres, en una prevalencia de casi un 90%.

Su diagnóstico puede ser complejo, debido a que se suele confundir con patologías reumáticas como la artritis, artrosis, osteoporosis, reumatismo, incluso el dolor lumbar.

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El tratamiento debe tener un enfoque multidisciplinario y es fundamentalmente sintomático. Puede tratarse con medicamentos paliativos como los antiinflamatorios y ciertos tipos de ejercicios, además de tratar sintomatología relacionada con trastornos psicológicos.

Un diagnóstico no tan difícil

¿Has tenido síntomas de cansancio, dolores constantes y los exámenes no son concluyentes? Muchos pacientes padecen estas dolencias y luego de ver muchos especialistas, terminan con tratamientos erróneos.

Los síntomas más comunes son los dolores musculares en áreas como cuello, hombros, espalda, caderas y extremidades, además de trastornos de sueño y síntomas ansiosos que persisten por más de tres meses.

Sin embargo, hay profesionales de la salud que no consideran esta enfermedad, por lo que pueden pasar años antes de obtener un tratamiento o diagnóstico correcto.

El médico de familia de la Clínica Puerto Varas, Jorge López, explica la importancia de diagnosticar fibromialgia, ya que esto puede cambiar la condición de vida de cada paciente. “Todo médico, que reciba un paciente con estos síntomas, debería sospechar que se trata de una fibromialgia, luego de contarle que ha pasado por médico tras médico; especialistas, médicos generales, le han hecho múltiples exámenes y nadie le dice nada”.

La fibromialgia es una enfermedad real, no es hipocondríaca, pero no existen causas orgánicas para explicarla en su totalidad. Son enfermedades que afectan el cuerpo, lo físico, pero que su origen radia en lo psicológico.

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“Inmediatamente cuando un paciente comienza a explicar la sintomatología, tengo más o menos claro que lo que tiene es fibromialgia. Si bien hay que examinar y analizar, uno se puede dar cuenta que la dolencia para allá o que al menos es una de las alternativas importantes”, explica el especialista.

El doctor Jorge López es enfático con el tema de sospechar, diagnosticar y tratar la fibromialgia. Así lo dejó en claro a través de su cuenta de Twitter, donde realizó una publicación en la cual hace un llamado a sus colegas a no descartar esta enfermedad ya que el diagnóstico es clínico y el tratamiento les puede cambiar la vida a los pacientes.

“La evidencia muchas veces es contundente y es la realidad de, lamentablemente, muchos pacientes que demoran años en saber qué tienen cuando esto es un diagnóstico clínico y cuando me refiero a ‘diagnóstico clínico’, quiero decir que se examina al paciente en un box, uniendo los síntomas que el paciente cuenta, además del examen físico”, señala López.

El diagnóstico consiste en que el doctor presiona de manera moderada con su pulgar los 18 puntos específicos del cuerpo, y si en 11 puntos hay dolor, entonces se diagnostica fibromialgia. Otro de los síntomas muy frecuentes es que las personas despiertan en la mañana con mucho dolor, muy agotadas, rígidas y tensionadas, ya que su dormir no es placentero ni reponedor y, en la medida que van haciendo ejercicio, moviéndose en el día, se van sintiendo mucho mejor.

Tratamientos

Al ser una enfermedad donde su origen está en lo psicológico y emocional, es fundamental que el tratamiento farmacológico y de ejercicios esté acompañado de una terapia psicológica, “para ir soltando la gran mochila que los pacientes cargan”.

“Todo médico general debería ser capaz de diagnosticar fibromialgia. Puede que existan pacientes que requieran una mayor experticia y que no van a funcionar con las primeras líneas de tratamiento, pero todo médico debería saber hacerlo”, afirma Jorge López.

Para el manejo de esta dolencia, como en muchas otras, es fundamental la relación médico paciente, ya que debe tener su diagnóstico claro, entenderlo y ajustarlo a expectativas reales de recuperación.

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El especialista también aclara que una de las cosas cruciales es tener a un médico de cabecera. “No solamente una consulta que voy a un especialista, porque probablemente esto va a ser un proceso donde debe existir este acompañamiento del médico”.

“Hay que tener claro que el tratamiento no puede ser sólo una pastilla y uno de los errores de la comunidad médica, es transformar todo de fármacos. Hay mucho que tiene que ver con un entorno ambiental y desde ese punto de vista, ver la parte psicológica es importante”, puntualiza el doctor López.

Dentro de las medidas generales, es importante mantener la higiene del sueño, llevar una alimentación sana y equilibrada y realizar actividad física sistemáticamente según la tolerancia, además de abundante hidratación, considerando siempre el manejo del estrés, apoyándose también en terapias complementarias.