El artículo 102 del Código Civil indica que el matrimonio es “un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear y de auxiliarse mutuamente”.

Esta sentencia promueve creencias muy absolutistas, que se extrapolan a las relaciones de convivencia y que, sin duda, al momento de tomar decisiones como separarse por el motivo que sea, crea una sensación de fracaso que muchas veces trae consigo emociones de rabia, enojo, frustración, decepción o pena.

Al acercarse fin de año, comienza en forma inconsciente una evaluación de lo vivido y puede ocurrir que quienes están en proceso de separación o lo han concretado hace poco, se encuentren viviendo un duelo que remueve muchas emociones, las que a ratos, pueden ser muy difícil de gestionar, sobre todo cuando esta separación ocurre a pesar de amar al otro.

Es necesario vivir el duelo y todas las etapas que ello implica, entre las cuales se encuentran la ira, depresión y la aceptación.
Apurar estas vivencias o negarlas no será reparador, todo lo contrario, podría potenciar emociones más intensas y agudas en un futuro cercano, dejando huellas que aparecerán en próximas relaciones de pareja.

Aceptar que la relación se terminó es la última etapa del duelo, cuando ello ocurre es posible mirar el pasado, apreciando el presente y avanzando hacia el futuro. No es un fracaso el separarse, lo que fracasa es la imposición de la ley y las creencias asociadas.

Será importante entonces comenzar a mirar de forma amorosa los términos, cierres y así dar paso a nuevas experiencias de vida, agradeciendo el aprendizaje que deja esa relación de pareja, más que continuar torturándose con el rencor.

Un fin de año, puede ser la oportunidad para iniciar nuevos caminos, hay que darse la oportunidad de comenzar una y otra vez o todas las veces que sean necesarias.

Nuestra sección de OPINIÓN es un espacio abierto, por lo que el contenido vertido en esta columna es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial de BioBioChile