En Estados Unidos, Google y otras tecnológicas han comprado más espacio para que sus trabajadores se sientan cómodos en ambientes amplios y aireados. En ese país ha irrumpido con fuerza el arriendo de oficinas flexibles, un negocio que ya representa, según estimaciones, el 30% del mercado de las oficinas.

La tendencia también ocurre en otros países y es el resultado de la apertura gradual de las ciudades tras el avance de la vacunación contra el covid-19.

Invertir hoy en espacio físico para tareas laborales es un acierto. A pesar del auge del teletrabajo, existe un grupo importante de personas que disfruta de la movilidad, pero manteniendo la cercanía con la casa para evitar los largos desplazamientos.

En Chile, el ejemplo más reciente de lo que describo lo protagonizó la filial inmobiliaria del grupo Cencosud al anunciar hace unas semanas el desarrollo de un nuevo negocio de espacios flexibles a clientes institucionales en la Torre Costanera Center.

El modelo inmobiliario sucede hace bastante tiempo en Chicureo. En ese lugar, cerca del 15% de los inversionistas que alguna vez compraron oficinas en los dos primeros edificios del único business center de la zona, hoy están invirtiendo en el tercer edificio con próxima entrega. ¿El negocio? Arrendar los inmuebles a empresas que requieren oficinas para sus trabajadores que habitan en la zona.

Bajo este contexto, podemos deducir que las personas hoy no solamente están decidiendo por la ciudad de los quince minutos en las grandes ciudades como Santiago, sino también en otras más pequeñas, aunque con sus propios polos comerciales. En este caso, Chicureo ha sido uno de los grandes atractivos tras la pandemia, una comuna en crecimiento, gracias a su naturaleza, tranquilidad, pero por sobre todo su conectividad.

Cristián Periale, gerente inmobiliario del Business Center Puertas de Chicureo.

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