El deporte, dentro de sus múltiples beneficios, permite romper diferencias culturales y económicas gracias a la igualdad de condiciones que se generan en el “campo de juego” durante la competición, debido a que los y las deportistas se encuentran clasificados en categorías (edad, peso, funcionalidad, dificultad, etc.).

En la actualidad se aprecia como últimamente se han quebrado marcas deportivas en disciplinas donde compiten atletas trans, lo que ha generado grandes controversias en la discusión social y en la deportiva, lo cual se vuelve desafiante desde todo ámbito. Estos hechos han logrado generar debate sobre la apertura hacia la inclusión de los y las atletas con diversas identidades de género. Desde el mundo deportivo se cuestionan algunos resultados favorables alcanzados por los y las deportistas con identidad de género no heteronormativa aduciendo que estas diferencias físicas (mayoritariamente mujeres trans) generan ventajas competitivas (Marques & Barbosa,2020).

Por su parte, desde la posición del entrenador deportivo se generan desafíos metodológicos y evaluativos que se deben considerar en post de la inclusión. El entrenador de cualquier disciplina debe favorecer las condiciones de trabajo equitativo y de respeto entre los y las atletas, principalmente en las etapas formativas, reforzando los valores asociados al deporte y la competición. Por tanto, se sugiere trabajar fundamentalmente desde dos ámbitos: alta competencia, regido por normas o reglamentos que se mantienen en ajuste intentando dar igualdad de condiciones a los deportistas, y desde la formación deportiva, donde los niños, niñas y adolescentes entienden el valor de la persona por sobre los resultados y condiciones que la sociedad heteronormada impone a cada uno de los futuros competidores.

Desde el contexto del deporte formativo se pueden abordar algunos elementos que faciliten la inclusión de las diferentes identidades de género en el mundo deportivo, debido a que se evidencia en investigaciones con estudiantes trans que se presentan una serie de obstáculos en las clases deportivas escolares debido a su identidad de género (Caudwel, 2014) incluso las cifras nacionales sobre estudiantes acusan que la causa de discriminación por identidad de género alcanzan un 75% en el caso de las mujeres (Superintendencia de Educación,2019).

Se sugiere, al igual que en el ámbito educativo nacional (Superintendencia de Educación, 2021), avanzar en la adaptación de vestuarios o camarines personales, integrar metodologías inclusivas que minimicen las diferencias físicas, promocionando la empatía y aceptación deportiva (trabajar en los propios logros por sobre los resultados comparativos), favorecer el trato personal respetando el nombre social; y la flexibilidad en el uso del vestuario dependiendo la identidad de género.

Se espera que éstas y otras medidas permitan seguir avanzando en la inclusión entre las personas y la diversidad sexual, así niños y niñas practicarán actividades deportivas con libertad y en un clima de seguridad y respeto.

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