El Acuerdo de Unión Civil (AUC) es el contrato que adquieren dos personas que hacen una vida en común. En un principio se estableció como una alternativa para parejas homosexuales, sin embargo, hoy día ha aumentado el número de parejas heterosexuales que prefieren este acuerdo.
En conversación con el Podría Ser Otra Cosa, Claudio Alvarado abogado y subdirector de Instituto de Estudios de la Sociedad señaló que esta unión permite a las parejas acceder a todos los derechos o beneficios propios de matrimonio pero de una manera que puede ser vista como menos gravosa, con menos carga porque no consagra todos los deberes del matrimonio.
“La convivencia en general uno puede presumir que es elegida justamente por sus características de menos formalidad, porque se ve como algo de menos requisito, entonces en ese contexto una pareja que convive puede eventualmente sentirse más atraída por una regulación que es vista como menos exigente“.
De todas maneras, asegura que una de las cosas que quizás más ha faltado en el debate público ha sido tomarse enserio este fenómeno, “o sea la inmensa cantidad de parejas que de manera progresiva han ido optando por la convivencia informal es probablemente el cambio en la configuración familiar más relevante de las últimas décadas”
“El acuerdo de unión civil se terminó celebrando finalmente ante un oficial de Registro Civil, se terminó reconociendo el derecho hereditario, permite acceder a un nuevo estado civil, en caso de existir problemas entre las personas que contraen el acuerdo se puede recurrir a los tribunales de familia, o sea claramente no es un asunto meramente patrimonial”, explica.
Sin embargo, alega que independiente de la posición que alguien tuviera respecto del Acuerdo de Unión Civil el modo en que se discutió fue bien lamentable, porque por un lado el debate público se centró en torno a las parejas del mismo sexo, y se postergó la discusión de un matrimonio del mismo sexo.
“Yo pienso a modo de conclusión que el gran problema que tenemos en torno a los problemas de familia es que lo hemos dejado de lanzar en una perspectiva político social. Hay algunos analistas que han dicho que nos falta una filosofía pública de la familia, o sea el recordar que aquí más que reivindicaciones lo que tenemos que ver es cuáles son las funciones a las que está llamada a desempeñar la familia , cómo la configuramos, y claro nada de eso lamentablemente primó en el debate del Acuerdo de Unión Civil y por eso es que nos olvidamos que iba a afectar a todas las relaciones y no solo a las parejas del mismo sexo”.
“Es como un matrimonio sin serlo o es una regulación que busca regular lo que por definición es informal y por eso es que es tan difícil abordarlo y por eso es que habían buenas razones para mirar con escepticismo que se hiciera tan similar al matrimonio”, puntualizó.