Hemos tenido que aprender a trabajar durante el año entre atentados a maquinarias, casas, y familias. Y en verano, aprender a cosechar entre llamas.

Según datos de Conaf, en la última temporada de incendios en la Región de La Araucanía, y específicamente en la provincia de Malleco, el 57% de los incendios investigados fueron intencionales.

Esta es una cifra altamente preocupante, más aún si consideramos que casi el 40% de los incendios no se investiga, lo que podría aumentar el número de siniestros rurales ocasionados de manera intencional. Y más si consideramos que aún hay zonas donde el Estado no puede entrar y los incendios que ahí se originan quedan en el olvido, sin posibilidad de ser periciados.

Si bien la autoridad dice que hubo más de cien detenidos por incendios, nuevamente caímos en el mayor problema que enfrenta el sector rural: que los terroristas que quieren quemar Malleco no son encontrados. Un mal recurrente en nuestra región, donde sólo es posible investigar los incendios que se registran en zonas de fácil acceso o de menor riesgo.

Duele ver cómo año tras año en el mes de febrero la provincia arde por todos lados, producto de la intencionalidad de delincuentes, inescrupulosos, o simplemente terroristas.

Son semanas en que el sistema de emergencia está permanentemente colapsado y en que miles de agricultores tienen que cosechar alimentos entre llamas y sacar como pueden de los predios sus granos por carreteras que están cubiertas de fuego, con el solo fin de llegar a destino, y asegurar que el alimento pueda ser recibido en todo Chile.

No tengo la certeza de cuántos agricultores colaboran en cada emergencia, pero tengo la total convicción y seguridad que en cada incendio los agricultores ponen todo lo que tienen a disposición para ir en ayuda de controlar el fuego, a pesar de estar en plena época de cosecha.

Esto demuestra lo resiliente de nuestro sector. Hemos tenido que aprender a trabajar durante el año entre atentados a maquinarias, casas, y familias; y en verano, aprender a cosechar entre llamas.

Estamos ad-portas de comenzar una nueva temporada de incendios, donde trabajaremos coordinadamente, el sector público y el privado, para poder afrontar de mejor manera las emergencias, poniendo a disposición todas nuestras capacidades y aunando esfuerzos.

Pero nada será posible si no se logra detener a cada uno de los responsables y ponerlos tras las rejas.

Nuestras capacidades se limitan a poder colaborar en detener la propagación del fuego con nuestras maquinarias y hacer cortafuegos para evitar el avance de las llamas. Encontrar a los responsables (a los verdaderos responsables) de los incendios intencionales es rol de la autoridad.

El mundo rural pide a gritos más eficacia en las investigaciones de incendios, para evitar de manera anticipada que nuestra flora y fauna se siga quemando producto de terroristas y enfermos, que solo quieren causar daño a quienes viven en el campo. Y de paso, a millones que se alimentan cada día con lo que producen los agricultores del norte de La Araucanía.