Tras el fallo de la Corte Suprema sobre las primas de las Garantías Explícitas en Salud (GES) las repercusiones no tardaron en llegar. El fallo congela el alza del precio GES actual. Así, algunas isapres deben bajar el precio de acuerdo al marco vigente en 2019, lo que significa que aquellas que subieron más, probablemente, sean las más afectadas. Estamos hablando de Consalud, de Cruz Blanca y, probablemente, de Nueva Masvida, las tres isapres que podrían tener un mayor riesgo de insolvencia financiera.

Si el sistema financiero de salud estaba ya apunto de caer, sin una solución rápida, desaparecerá tal como lo entendemos, produciendo un impacto no solo en los afiliados de las isapres, sino que también a aquellos que están en Fonasa. Es urgente dar respuestas que se implementen lo antes posible para dar certezas en el corto plazo, sobre todo a aquellos pacientes que tienen patologías crónicas y enfermedades graves.

Tras este nuevo fallo resulta positivo que se haya adelantado para la próxima semana la entrega del comité técnico integrado por expertos de distintas tendencias políticas, quienes darán propuestas al Congreso para poder legislar sobre esta materia y encontrar una solución que tenga el menor impacto posible en la salud de las personas.

Resulta prioritario qué, en paralelo, el Ejecutivo y el Ministerio de Salud impulsen proyectos de ley con la finalidad de dar soluciones que mejoran el sistema de salud. Como CIPS-UDD entregamos al ministerio y al Senado una propuesta para destrabar la discusión en salud enfocado en Fonasa.

Son seis puntos que podrían ser proyectos de ley en paralelo y que, en su conjunto, fortalecería a este sistema que está tan débil. Hay algunos de ellos que pueden tramitarse más rápidamente y en donde, tras lo percibido en la presentación de la comisión de salud del Senado, se aprecia que hay consenso político.

Uno de ellos es la contraloría y mecanismos de licencias médicas. El pago de un subsidio al empleo, como es el Subsidio de Incapacidad Laboral, que viene a reemplazar la remuneración mientras la persona está en reposo médico, es más bien una protección del mundo laboral que sanitario. En ese sentido, es necesario reformular todo este sistema y adecuarlo a estándares internacionales. Es relevante también analizar la conveniencia de mantenerlo bajo la potestad del DFL 1 o llevarlo al ámbito del Ministerio del Trabajo. Revisar el proyecto sobre licencias, que no tiene urgencia en el Congreso, y considerar distintas soluciones en materia de licencias médicas debe ser prioritario en este escenario.

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Hay otras dos propuestas que podría propiciar el Minsal en su estrategia legislativa para robustecer el sistema de salud. Por ejemplo, el fortalecimiento de la Modalidad Libre Elección (MLE) como un modelo complementario al PSU. Su reformulación debe contener los elementos de complementariedad de los servicios contemplados en el PSU, con lógica sanitaria, redes de prestadores privados licitados y mecanismos de compra de resolución integral o aranceles paquetizados o per cápita, dependiendo de los servicios que se traten, así como mejorar las coberturas que el PSU no pueda alcanzar, como medicamentosa ambulatorios.

Otro punto es robustecer o instalar la función de evaluación de tratamientos y tecnologías sanitarias. Es crucial la necesidad de realizar análisis de casos y considerar las actuales estructuras con las que cuenta nuestro país para así, tomando la experiencia internacional comparada, se proponga donde radicar esta función en Chile.

En la comisión de salud del Senado comenté la importancia de realizar de forma expedita estos puntos a través de proyectos de ley, pero también avanzar en un proyecto que mejore el acceso a salud a los beneficiarios de Fonasa mediante la discusión por separado de la “Ley corta”.

Para avanzar, el foco no debe estar solo en las isapres. No nos debemos olvidar que el objetivo es que los beneficiarios de Fonasa puedan salir de las listas de espera. Una solución es que aquellas situaciones que la espera signifique una situación financiera catastrófica para la familia o que la espera signifique consecuencias graves a la salud del paciente, pueda acceder a un copago que sea proporcional a su ingreso familiar.

En mayo, la Corte Suprema extendió por seis meses para implementar el fallo sobre la tabla de factores y con el nuevo fallo por la prima Ges volvió a estar en la palestra este tema que pareciera, había perdido relevancia.

Ya no estamos contra el tiempo. Ya no nos queda. Por tanto, para mejorar el sistema de salud, se debe destrabar la discusión, dejando de lado las ideologías y pensar que, finalmente, lo que todos queremos es avanzar a una salud de calidad y oportuna para Chile