Si bien fue hace cientos de miles de años, alguna vez hubo una megaerupción que arrasó con la zona que hoy conocemos como Santiago. Actualmente, hay al menos tres volcanes activos frente a la región Metropolitana y un experto analiza si es posible que se vuelva a repetir dicho escenario.

Chile es un país de volcanes. A lo largo de nuestra angosta faja de tierra, podemos encontrar varias de estas estructuras geológicas por donde emerge el magma desde el interior del planeta hasta la superficie. La región Metropolitana no ha estado ni está ajena a estas formaciones y, sin ir más lejos, alguna vez hubo una megaerupción en la zona donde hoy se ubica Santiago.

Actualmente, hay tres volcanes activos en la zona, según el Ranking de los Volcanes del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin). Y, uno de ellos, tiene nivel de alto riesgo.

Volcán Tupungatito

Se trata del volcán Tupungatito, que pese a su tierno nombre, es actualmente el más peligroso de los volcanes que rodea a la capital. Su nombre se debe a que está junto al volcán Tupungato, el que ya está extinto.

El Tupungatito se ubica en el puesto 31 del ranking del Sernageomin, y tiene nivel 2, o sea, es un sistema volcánico con nivel de alto riesgo específico o con actividad anómala reciente.

Este volcán se ubica a 75 kilómetros del centro de Santiago, escribió en La Tercera el doctor en Geofísica, Cristián Farías Vega. El experto relató que el Tupungatito, durante el siglo XX, fue uno de los más activos de Chile con 14 erupciones entre 1901 y 1987.

Sin embargo, ninguna de ellas fue particularmente potente y, además, al estar en el límite con Argentina, puede pasar inadvertido.

La histórica megaerupción que arrasó con lo que hoy es Santiago: ¿es posible que se repita?
Volcán Tupungatito | Sernageomin

En 2017, el volcán “ronroneó” con una serie de sismos, pero no pasó a mayores.

Según el profesional, su mayor amenaza son los lahares, aluviones de origen volcánico que podrían bajar por el río Maipo. “Sin embargo, no es que vayan a llegar al centro de Santiago, ya que el volcán está bastante lejos”, agregó.

Aunque, Farías advierte que puede llegar a existir un riesgo urbano si es que una erupción afecta una parte importante del glaciar, generando lahares que eventualmente podrían llegar a la zona sur de Santiago.

“Eso, naturalmente, sería un escenario más complejo, pero a la vez menos probable, ya que requiere que el volcán haga algo que no ha hecho en tiempos históricos”, añadió en el citado medio.

A todo esto, se agrega la posibilidad de que los aluviones afecten las centrales hidroeléctricas del río Maipo, que podrían comprometer el servicio eléctrico.

“No es que el volcán de súbito sea más peligroso, sino que ahora hay más infraestructura crítica expuesta a sus efectos, por lo que, aunque esté lejos y tenga nombre tierno, el Tupungatito sí que puede alterar la vida de los santiaguinos. Todo gracias a la mala planificación territorial de la capital”, especificó.

Volcán San José

Después viene el volcán San José, ubicado a 79 kilómetros del centro de la capital. Con varias erupciones entre 1822 y 1960, tampoco es uno de los más complicados.

De hecho, en el ranking del Sernageomin ocupa el lugar 49 y está clasificado con nivel 3. O sea, tiene un nivel de moderado riesgo específico, con episodios eruptivos de baja magnitud y con aislamiento significativo.

Si bien también podría generar lahares, estos no generaría demasiado riesgo.

“En los distintos escenarios que construyeron los especialistas del Sernageomin para generar los mapas de peligro volcánico, estos (lahares) no suelen avanzar muchos kilómetros desde el volcán”, señaló Farías.

La histórica megaerupción que arrasó con lo que hoy es Santiago: ¿es posible que se repita?
Volcán San José | Sernageomin

El volcán Maipo y la megaerupción en Santiago

Otro volcán que podría afectar a la capital es el Maipo, que está a la altura de Rancagua y está en el límite entre Argentina y la región Metropolitana.

Este se encuentra en el puesto 52 del ranking del Sernageomin y también está en nivel 3.

Farías explica que hay registros de erupciones en el Maipo en 1826, 1829, 1906, y 1912, pero ninguna de ellas fue potente.

Sin embargo, su pasado lo condena. Junto a él, se ubica la Laguna del Diamante, todo inmerso dentro de la Caldera del Diamante. Estos son rastros de una megaerupción ocurrida en el periodo prehistórico y que afectó al volcán Diamante.

Farías asegura que aún no está claro si este evento se produjo hace 450 mil o 150 mil años, pero las evidencias de esta megaerupción en Santiago llegaron a más de 150 kilómetros.

La megaerupción debió generar columnas de ceniza de más de 30 kilómetros de altura, cuyo colapso se produjo a gran velocidad y cayó sobre los valles, avanzando hasta zonas como el actual Pudahuel.

De hecho, el doctor en Geofísica señala que el Aeropuerto de Santiago está encima de los depósitos de dicha megaerupción.

“Es algo tan grande que, de ocurrir hoy, pondría en un gran peligro a casi todo el Gran Santiago”, dijo Farías.

La histórica megaerupción que arrasó con lo que hoy es Santiago: ¿es posible que se repita?
Volcán Maipo | Fortunat en Wikimedia Commons (CC)

¿Es posible repetir una megaerupción en Santiago?

Sin embargo, señaló que el volcán Diamante colapsó después de liberar tal cantidad de magma, generando la enorme caldera que luego formó el actual volcán Maipo y otros menores.

“¿Puede pasar de nuevo algo como lo que formó la Caldera del Diamante hace cientos de miles de años? La respuesta no es fácil. Posiblemente sí, pero en una escala geológica, es decir, de aquí a muchos cientos de miles de años más”, explicó el experto.

Sin embargo, agregó que “aunque es cierto que la naturaleza nos sorprende, el escenario apocalíptico que se nos viene a la cabeza es casi imposible en los próximos años”.

“Hoy, las amenazas volcánicas más grandes para la capital vienen del Tupungatito y el San José. Pero no tanto porque vayamos a sepultar a Santiago en una erupción, sino porque, si hay grandes lahares, podríamos tener problemas con el suministro de agua y de electricidad, y quizás más de alguna construcción podría ser afectada por estos aluviones de origen volcánico. Eso, por supuesto, no es culpa de los volcanes: es culpa de cómo creció la ciudad”, reflexionó.