Como "insostenible" y "desesperante" fue calificado el viaje en Metro por un padre que, junto a su hijo autista, debió descender de varios trenes ante la presencia de los artistas que diariamente circulan por el tren subterráneo.

Un padre que tiene un hijo autista escribió una carta relatando lo difícil que es viajar en el Metro de Santiago, en el contexto actual con cantantes y hasta bandas realizando tocatas en el tren subterráneo.

Tras la pandemia, el Metro vio una profundización de la cantidad de vendedores ambulantes no solo en los pasillos de las estaciones, sino que también dentro de los trenes vendiendo diversos productos.

Pero no solo eso. También ocurrió lo mismo con la presencia de cantantes y grupos musicales que bajan a este medio de transporte para ganarse unos pesos.

Esto no es del gusto de todos los usuarios. Sin ir más lejos, el año pasado se hizo viral un adulto mayor que se tapó los oídos para poder soportar el volumen que generaban unos músicos.

Ahora es Carlos Iturra Mondaca, quien envió una carta a El Mercurio para relatar lo que significa viajar con su hijo autista en este contexto. Él califica la situación de “insostenible” y que “es desesperante la falta de empatía”.

Revisa la carta:

Viajar con mi hijo en Metro se ha hecho insostenible. Mi hijo es autista, y junto con él debo sortear todos los ruidos estridentes.

Vamos a la estación Bellas Artes desde Vicente Valdés. Se sube un cantante de rap con música pregrabada que suena fuerte, monótona y molesta, y canta improvisando sobre lo que ve… nos bajamos en estación Pedreros.

Esperamos el siguiente, esta vez un reguetonero pone su parlante a volumen ensordecedor, mientras comienza con letras que prefiero no citar… nos bajamos de nuevo, en Rodrigo de Araya

Esperamos el siguiente. Esta vez sube una banda, con guitarras, batería y todo. Esta vez la “música” no es pregrabada, sino que directa desde los instrumentos, que da volumen para perder la audición o quedar con un pitido por un rato… nos bajamos en Parque Bustamante.

Esperamos el siguiente, y logramos llegar a la estación Bellas Artes. Un recorrido que toma 20 minutos, finalmente lo hacemos en 50 minutos.

Es desesperante la falta de empatía. Incluso a uno lo miran feo por bajarse y no escuchar su “arte”. Ojalá se pueda tomar alguna medida para que los viajes en Metro sean realmente placenteros.