Luego de los incidentes registrados la jornada del lunes en el centro de Santiago, tras una convocatoria surgida por redes sociales para pedir la renuncia del Presidente Sebastián Piñera, el Gobierno fue categórico en afirmar que no permitirán que un grupo minoritario ponga en riesgo la democracia.

En el balance entregados por las autoridades respecto a los daños y desórdenes generados en la capital tras las manifestaciones, el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, lamentó y condenó los hechos de violencia, tanto en Santiago como en regiones.

Dicha jornada dejó 46 detenidos a nivel nacional, ocho carabineros lesionados, un bus quemado y varios locales saqueados.

En la región Metropolitana, los incidentes se concentraron en el eje de la Alameda, desde avenida Santa Rosa hasta el frontis de la Universidad de Chile, donde los participantes levantaron consignas contra el mandatorio y en apoyo a los presos por causas derivadas de estallido social.

Tras ser consultado por la solicitud de dimisión del Presidente Piñera, fue enfático en señalar que 400 personas no van a amenazar la democracia.

En medio de las protestas, se registraron saqueos a locales comerciales del caso histórico de Santiago, lo que derivó en cuatro detenciones.

El intendente Felipe Guevara llamó a no minimizar a este grupo de manifestantes, en especial si el objetivo es delinquir.

Otro hecho fue violencia fue la quema de un bus en la comuna de Recoleta, donde los encapuchados golpearon al conductor.

En el balance también se dio cuenta de ataques a cuarteles de Huechuraba y Peñalolén, en esta última comuna también se produjeron saqueos a una sucursal bancaria y a una tienda de telefonía.

El general Marcelo Araya, jefe de zona Metropolitana, aseguró que protegerán el centro cívico y actuarán inmediatamente para restaurar el orden público.

Del total de los detenidos a nivel nacional, 23 son de la región Metropolitana. Asimismo una mujer resultó herida tras recibir una pedrada.